12-05-2020
Mientras el mundo lucha contra el coronavirus, se registraron 11 casos en Hong Kong. Podría haber muchos más infectados y no sólo en el país asiático.
Mientras el mundo está sacudido por la pandemia de coronavirus, pareciera que no hay lugar para otra situación de alarma a nivel sanitario. Sin embargo, una extraña hepatitis E (HEV), cuya cepa pertenece a las ratas y no los humanos, puso en alerta a China.
Once personas en Hong Kong fueron diagnosticadas con una nueva hepatitis E que fue transmitida a través de estos roedores, de acuerdo con un reciente estudio realizado por los científicos de la Universidad de Hong Kong (HKU).
Pero lo que podría parecer una noticia menor, con los antecedentes cercanos vinculados a contagios y animales, crece. Y podría haber mucho más casos positivos de la infección, incluso en otros lugares del mundo.
"Lo que sabemos es que las ratas en Hong Kong son portadoras del virus, evaluamos a los humanos y encontramos el virus", señaló uno de los autores del estudio, y publicó CNN.
Y planteo un problema de cara al futuro: "Pero no sabemos exactamente cómo salta entre ellos: si las ratas contaminan nuestros alimentos o si hay otro animal involucrado", remarcó.
El primer caso de esta enfermedad en humanos se produjo en 2018 cuando un hombre de 56 años mostró síntomas relacionados con esta afección. La hepatitis E es una enfermedad hepática que puede causar fiebre, ictericia y agrandamiento del hígado.
El caso fue estudiado justamente por científicos de la misma universidad, quienes se sorprendieron al hallar que el hombre había contraído hepatitis E, pero no encontraron la cepa humana (HEV) de la enfermedad.
Lo que llamó poderosamente la atención fue al hacer un análisis posterior al ADN de la infección: se halló que era hepatitis E de ratas.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hepatitis E se transmite por medio de agua potable contaminada con materia fecal.
Sin embargo, resulta un verdadero misterio para los especialistas cómo se ha transmitido la enfermedad. El último paciente, un hombre de 61 años cuyo caso se conoció apenas hace unos días, señaló que nunca había tenido contacto con ratas y tampoco con su excremento.
Fuente: Clarín