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17-09-2023

Reflujo gástrico: una patología molesta y con múltiples síntomas

Entre un 20 y 30% de la población presenta este cuadro, que se puede manifestar con tos, asma o el pecho con sibilancia. Entrevista con el gastroenterólogo, doctor José Ignacio Cueli.

 

El reflujo gástrico es una patología que afecta a entre un 20 y un 30 por ciento de la población, que se puede presentar con múltiples síntomas. Es una de las dolencias más comunes a nivel digestivo en las sociedades occidentales y se manifiesta cuando el ácido del estómago fluye con frecuencia hacia el esófago.


El Colegio Americano de Gastroenterología dice que más de 70 millones de estadounidenses experimentan acidez estomacal al menos una vez al mes y al menos 15 millones de forma diaria.


Sobre esa problemática el gastroenterólogo olavarriense José Ignacio Cueli coincidió que el reflujo gástrico “es una patología muy frecuente en el consultorio. De diez pacientes que uno ve, dos o tres llegan con este cuadro”.


En términos médicos, el doctor Cueli explicó que “se trata básicamente de cuando el contenido gástrico ácido hace un reflujo, sube el esófago y provoca una sensación de disconfort y malestar”.


Los síntomas son múltiples y están bien identificados: “El calor por el ácido que sube, la regurgitación del contenido que sube y el dolor de pecho, por supuesto descartando antes la cuestión cardiológica. Hay otros síntomas más raros, que pueden ser sinusitis, laringitis, tos, asma, caída de piezas dentales”.


Entre todos ellos hay uno muy típico, la tos, que implica habituales derivaciones de neumonólogos a gastroenterólogos. “Pacientes que vienen con tos, asma o el pecho con sibilancia, que con el tratamiento para el reflujo muchos de ellos mejoran” indicó el doctor Cueli.


“Si es tos siempre hay que descartar otras cosas. En el caso del reflujo los síntomas desaparecen con el omeprazol, con los protectores gástricos” añadió.


En cuanto al origen, el doctor Cueli se refirió no sólo a una cuestión anatómica: “La dieta repercute muchísimo en el reflujo cuando uno consume alimentos con contenidos grasos, fritos, pero lo que se sabe es que los pacientes que tienen alguna alteración en la separación entre el esófago y el estómago permiten que el ácido suba y genera este malestar”.


“Hay otras causas, como la hernia de hiato, que es una alteración del esfínter en la separación entre el esófago y el estómago que genera el reflujo; la mayor producción de ácido también. El tragado de la saliva normalmente favorece la presencia de reflujo. La obesidad es otra causa que favorece su presencia” identificó.


“No me quiero olvidar del estrés, que aparece también como causa para la presencia del reflujo gástrico, entonces siempre se aconseja -además de comer sano, liviano, tomar líquido- bajar un poco el nivel de estrés porque repercute en estos síntomas digestivos” alertó.


Hay paliativos no farmacéuticos para tratar el reflujo gástrico y uno de ellos es levantar unos diez centímetros la cabecera de la cama. El doctor Cueli explicó esta y otras medidas.
“Dentro de los tratamientos están las medidas higiénico - dietéticas. En el tema de la alimentación incluye comer lento, despacio, no comer muy abundante, comer alimentos con bajo contenido graso, bebidas sin gas, sin alcohol” precisó.


Habló de conductas como no acostarse inmediatamente después de comer, dormir con más almohada. “Ayuda mucho levantar la cabecera de la cama para la gente que tiene mucho reflujo de noche, lo mismo que comer y no hacer deportes de inmediato” aportó.


Si las medidas no surten efecto o el reflujo es muy importante entra en acción el tratamiento médico o la cirugía.


“Normalmente uno de entrada trata de evitar la cirugía. Dentro de los tratamientos médicos están los inhibidores de bombas de protones, que son los que más se usan y mejor andan, como el omeprazol, el pantoprazol, el lansoprazol y dexlansoprazol, que en teoría no hay mucha diferencia entre ellos” opinó el doctor Cueli.


“El más popular es el omeprazol, que se toma siempre en ayunas, porque así inhibe esa bomba que genera ácidos” marcó, aunque advirtió que “el tratamiento es bueno, pero hay que tratar de indicar lo necesario”.

 

“El tratamiento a veces ayuda al diagnóstico” dijo. 


“Por ahí en pacientes con reflujo muy severo y cuando uno les hace una endoscopía tienen muy inflamado el esófago, han tenido una úlcera, entonces uno ahí indica el omeprazol en forma continuar” apuntó.


“En casos más leves se puede dar el tratamiento en forma continua en un principio y después a demanda, o cada dos o tres días. Si bien los IBP no tienen efectos colaterales, a largo plazo pueden producir algunos efectos adversos” señaló.


El doctor Cueli se refirió a una droga muy utilizada para estas patologías, que fue retirada del mercado: la ranitidina.


El día de la Navidad de 2020 la ANMAT decidió suspender preventivamente la comercialización en el territorio nacional de todas las especialidades medicinales que contengan ranitidina como Ingrediente Farmacéutico Activo (IFA), como monodroga o en asociación con otros IFA, en sus formas farmacéuticas orales, en todas sus concentraciones y presentaciones.


“Se vieron algunos efectos y ahora la reemplaza la famotidina, que es de la misma familia sin esos efectos que se habían visto en la ranitidina, sobre todo a nivel cardiovascular” sumó el gastroenterólogo olavarriense.


Recomendó en pacientes que no responden al tratamiento la práctica de una endoscopia para descartar algunas complicaciones del reflujo u otras patologías asociadas.


“Hay algunas complicaciones, como el ‘esófago de barrel’, que es una lesión en la parte inferior del conducto que conecta la boca y el estómago y es importante controlarse. No sólo tomar omeprazol y dejarlo pasar” manifestó.

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