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18-03-2024

Hinojo, un pueblo bajo el agua

La lluvia no alcanzó a escurrir y avanzó por las calles en amplios sectores de la localidad. Muchos vecinos se levantaron con el agua dentro de las viviendas. Las voces fueron unánimes: “faltan obras”.

 

Son las cinco de la tarde y la imagen se recorta nítida: un grupo de mujeres camina por las calles del barrio Almirante Brown y llevan escurridores de piso en sus manos. Tratan de sacar el agua y el barro que quedó en los ingresos de las viviendas. No saben aún cuánto ni qué perdieron.

 

Bien temprano el lunes a muchos de los habitantes de Hinojo los sorprendió el ingreso de agua en sus casas y tuvieron que dedicarse a sacar o levantar muebles, colchones y electrodomésticos. A algunos los dieron por perdidos, a otros los pudieron trasladar a viviendas que no fueron afectadas. Los mismos vecinos se fueron organizando para la emergencia que se les presentó y algunos decidieron cortar la calle con cintas para evitar que el paso de los autos y las camionetas les hiciera una especie de oleaje, empujando el agua.

 

Los comercios, por citar un caso los ubicados sobre la Avenida Colella, perdieron gran parte de la mercadería y estuvieron toda la jornada sin energía eléctrica. El agua fue bajando pero no se retira completamente, si uno se larga a caminar por ese sector, le llega a la mitad de los muslos y todos cuentan que por la mañana fue peor, cuando casi llegaba a la ventanilla de los autos.

 

 

Las especulaciones de los vecinos sobre por qué el agua ganó las calles y demora tanto en escurrir son varias: “que baja de las canteras” y de la ruta, que no están correctamente destapados los desagües pluviales, que el predio del ferrocarril tampoco tiene el mantenimiento de los desagües adecuado, que faltan obras de infraestructura en la localidad que puedan canalizar correctamente las precipitaciones, y así.

 

Los vecinos se muestran muy críticos de la poca atención que les dispensan a las localidades desde el estado municipal y esperan que empiece un plan de obras para esas poblaciones.

 

Varias veces en el recorrido de Verte se puede ver a la camioneta de la delegación recorriendo las calles y a la delegada hablando con los vecinos. Las máquinas trabajan para armar una especie de defensa de la línea de las viviendas en el barrio Almirante Brown, junto con el Fonavi, entre los sectores más afectados.

 

 


Testimonios de un día difícil

 

Cuando el nivel del agua comenzó a descender en el barrio Almirante Brown, los vecinos y vecinas del pueblo emprendieron la recorrida por las calles en auto, bicicleta, moto y también a pie para evaluar los daños que dejó la inundación de gran parte de Hinojo.

 

Las marcas de la altura máxima hasta dónde trepó el agua quedaron impregnadas en las paredes del interior de los hogares, que en algunos casos rozó los 30 centímetros de altura, dañando muebles, electrodomésticos y pisos.

 

 

Los residuos de barro, gramilla, pasto y algunos animales como pequeñas víboras también son las huellas del desastre climático que sufrieron los vecinos.

 

Con el agua aún tapando casi por completo la calle y la vereda, Aníbal, un vecino de la localidad dialoga con Verte mientras espera sentado en un pequeño paredón de su casa que sus muebles y pisos terminen de secarse.

 

Es la primera vez que pasa esto desde las inundaciones del ‘80" mencionó, y agregó que “esto es producto de tantos años de promesas incumplidas por parte de la política local con el pueblo”.

 

Resaltó la falta de bocas de tormentas en esa zona de Hinojo, que solo cuenta con cordones cuneta y calles de tierra.


Ahora solo queda esperar que todo se seque, limpiar y ver qué se arruinó por el agua”, cuenta mientras señala el piso flotante con visibles signos de deterioro por el líquido que ingresó.

 

 

A pocas cuadras de su domicilio, en una de las zonas, según los locales, más afectadas por la inundación un conglomerado de personas observaba mientras una retroexcavadora realizaba tareas para desviar el caudal de agua de las calles.

 

Nazareno, quien vive a unos escasos metros del área del trabajo indicó que “es una situación muy triste, me desperté con el agua ya en la pieza y enseguida me puse a levantar lo que podía para salvarlo”.

 

Dentro de su casa las marcas de agua aún estaban húmedas mostrando los 30 centímetros que llegó a haber dentro. “Aún no nos han dicho nada oficial sobre cuál fue el motivo, pero nos mencionaron algo de tubos de desagüe tapados que hicieron que todo se venga para acá”, explicó.

 

Con la inminente caída del atardecer y la puesta del sol sólo apuntó a decir que “espero que termine de irse toda el agua y que no llueva más, nos dijeron que no hay otra solución”. Durante el día se realizaron distintos trabajos para desviar los cursos de agua hacía otras zonas, y muchos se dedicaron a llenar bolsas de arena para que actúen como freno al agua.

 

Por el momento, el Servicio Meteorológico Nacional pronostica fuertes tormentas desde la tarde de este martes hasta la madrugada del miércoles, arrojando un panorama oscuro para los habitantes que esperan que la situación no se repita, mientras rescatan lo que el agua no se llevó.

 

 


 

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