En 5 años aumentaron casi el 50% las cremaciones en Olavarría

Pasaron de 448 en 2019 a más de 600 en 2023. Una tendencia mundial que también se refleja en ciudades vecinas como Necochea y Tandil.

En los últimos seis años las cremaciones en el servicio que ofrece Pinos de Paz aumentaron casi un cincuenta por ciento, lo que además marca la ratificación de un significativo cambio cultural de los olavarrienses a la hora de afrontar el final de la vida.

De acuerdo con datos oficiales a los que tuvo acceso Verte, en 2019 se realizaron 448 cremaciones en Olavarría; en 2021 el número trepó a 587; la tendencia siguió en alza en 2022 con 642 cremaciones y en 2023 el número llegó a 648.

En los siete meses que corrieron de 2024, el número de cremaciones en Loma de Paz ascendió a 463, con lo cual no sería de extrañar que la tendencia en alza semantenga y se llegue a finales de año con guarismos superiores a los del año anterior.

La ausencia del número correspondiente a 2020, año de la pandemia, no es casual.

Ese año el mundo experimentó una crisis de salud sin precedentes con la COVID-19 y el primer recuerdo que aflora es que la crisis sanitaria también obligó -entre otras cosas- a cambios en los protocolos funerarios.

A raíz de ello el gobierno de la provincia de Buenos Aires lanzó un “Protocolo para Servicios Funerarios, Entierros y Cremaciones”. Sin embargo, las cremaciones en Olavarría fueron las menores en los últimos 6 años: 424.

El fenómeno adquiere una connotación regional. Una publicación de la semana pasada del sitio diarionecochea da cuenta de que “la adopción de la cremación fue ganando terreno en Necochea, en línea con una tendencia global de alejamiento de las prácticas tradicionales de entierro”.

“La cremación es vista cada vez más como una alternativa conveniente y menos restrictiva, ofreciendo a las familias la posibilidad de honrar a sus seres queridos de maneras más personales y flexibles, como la dispersión de cenizas en lugares significativos o su conservación en urnas especiales” dice este medio.

El diario El Eco de Tandil habla de un problema en la vecina ciudad con el aumento en las cremaciones, cuando aún no se ha instalado un horno crematorio, aunque hay una ordenanza vigente desde 2017 en tal sentido.

“Los cambios culturales y el incremento de la demanda -más del 30 por ciento de los servicios son cremaciones- enfocan de nuevo la problemática, ante un Cementerio Municipal colapsado y los costos de mantenimiento de parcelas, tumbas y nichos” dice el matutino serrano.

En la actualidad, aunque en Tandil son mayoritarias las inhumaciones, la cremación de cuerpos ha aumentado notablemente pero todavía no existe ningún crematorio en la ciudad. Para ello, los cuerpos deben trasladarse a Necochea, Mar del Plata o Dolores, entre otras localidades.

En la región en particular, y en la Argentina en general, se replica ni más ni menos que una tendencia creciente en occidente. En 2017 pasado la cremación superó al entierro tradicional por primera vez en Estados Unidos, lo cual ratificaba este cambio en las tradiciones funerarias.

En el país del norte, en 1970 sólo un 5% elegía la cremación. Aquel año, de acuerdo con la Cremation Association of North America, alrededor del 55% de las personas que fallecieron fueron cremadas y se anticipa que para el 2030 este número llegará al 71%.

En un país latino, con fuertes nexos culturales y religiosos con la Argentina como lo es España se ha observado una progresiva predisposición de la sociedad hacia esta opción. En 15 años el porcentaje se ha triplicado (del 16 % en 2005 al 45% en 2020) y ha pasado del 36,25 % en 2015 al 44,93 % en 2021.

En menor medida la tendencia se replica en Italia, otro país en sus costumbres cercano a la Argentina. A la misma altura de la década, de 709.000 decesos, 244.000 atravesaron la opción de la cremación, con una incidencia porcentual que supera el 34%.

El doctor e investigador Marcelo Sarlingo, reconocido antropólogo olavarriense, reflexionó en tal punto: “La cuestión claramente tiene que ver con el retroceso de algunas líneas del pensamiento católico y otras cuestiones de creencias”.

“La cremación siempre fue rechazada a nivel del catolicismo, porque implicaba dejar de lado todo lo que sería el Juicio Final y la resurrección de los cuerpos. Esto representa un cambio muy grande: si hay cremación no hay posibilidad de resurrección. También está claro que ya nadie cree en eso” acotó.

“Fundamentalmente, también hay una cuestión mercantil en eso. Hay una economía de la muerte que se ha ido complejizando” advirtió Sarlingo.

En el mercado olavarriense, en primera instancia vale aclarar que el 90% de la población que está adherida a Coopelectric tiene cobertura en el caso de estas pérdidas familiares. El 10% restante se distribuye entre particulares integrados a la acción social o sin cobertura.

El servicio de sepelio en Olavarría (en la órbita de Pinos de Paz) tiene un costo de 900 mil pesos y la cremación del cuerpo otros 150 mil pesos.

Otra parte ingresa en la órbita de Lomas de Paz. “Desde la pandemia se dejaron de construir nichos” dijo una fuente de la firma. Las parcelas -dobles- tienen un costo de 1.100.000 pesos.

Esa misma fuente reveló un fenómeno que se está viendo en los últimos tiempos: vecinos que sacan los restos de sus familiares de los nichos, los creman y ponen en venta esos espacios.

¿A cuánto? unos 500 mil pesos es el promedio.