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Información General Kuraq, cóndor andino de La Máxima, será liberado en Río Negro

04-09-2024

Kuraq, cóndor andino de La Máxima, será liberado en Río Negro

Este miércoles fue llevado al Ecoparque de Buenos Aires, donde pasará por un período de preadaptación. En unos meses lo liberarán en las Sierras de Pailemán junto a otro ejemplar.


Un pichón de cóndor andino nacido en el Bioparque Municipal “La Máxima” fue trasladado al Ecoparque de Buenos Aires, en el marco del Proyecto de Conservación del Cóndor Andino del cual forma parte Olavarría.


Kuraq, que significa hermano mayor, nació en febrero del 2023, es hijo de la pareja reproductora Rawson y Curá. Como hecho inédito, al mismo tiempo se produjo recientemente la postura de un huevo, que no se producía desde fines del año 2022.


El pichón fue trasladado en la madrugada del miércoles, con el acompañamiento del personal de La Máxima y de una médica veterinaria, para realizar un seguimiento durante el viaje.


Kuraq permanecerá durante cinco meses aproximadamente en el Ecoparque, en un período de preadaptación, para luego participar de la liberación en las Sierras de Pailemán, en Río Negro, junto a otro ejemplar, en el marco de la iniciativa que promueve “El retorno del cóndor al mar”.


“El pichón que tenemos actualmente que es un ejemplar joven, más allá de que no parece por las dimensiones que tiene, nació el primero de febrero del año 2023 y el huevo fue puesto relativamente hace poco, a mediados de agosto”, indicó Bruno Vitale, director del Bioparque Municipal “La Máxima”.


Al mismo tiempo, explicó que “la incubación del huevo es de 60 días aproximadamente, así que generalmente lo que se hacía era esperar que el cóndor pusiera un huevo y luego era trasladado, después la segunda puesta a los 2 meses, como ahora tenemos el pichón, junto con el huevo que se produjo recientemente la postura, desde el Ecoparque decidieron que nosotros nos quedáramos con el huevo y trasladar el pichón”.


“Las parejas reproductoras son monógamos, se eligen de por vida, es difícil la reproducción pero a veces congenian tanto el macho como la hembra, y tenemos buenos resultados” señaló Vitale.


Rawson y Curá son parte del proyecto de conservación desarrollado por la Fundación Bioandina, que tiene por finalidad la protección y el cuidado de estos majestuosos animales.


El Bioparque Municipal “La Máxima”, junto al Ecoparque de Buenos Aires, forma parte del Programa de Conservación del Cóndor Andino, junto a otras instituciones nacionales e internacionales.


En el marco del PCCA se trabaja desde hace más de 30 años para que el cóndor vuelva a poblar la costa atlántica de Patagonia. Por más de un siglo estuvo extinto y con un enorme esfuerzo se logró que volviera a su antigua área de distribución.


“Hay un mito que teníamos que era cuando florecían los aromos aparentemente era como una señal de que se venía en la época reproductiva del cóndor y cuando florecieron acá en el Bioparque se produjo la postura”, que según indicó Bruno Vitale se realiza en los meses de febrero y agosto.


Fundación Bioandina trabaja con el Ecoparque, Temaikén y el Bioparque La Máxima. También con los pueblos originarios en las Sierras de Pailemán, donde son liberados para que el cóndor retorne al mar y pueda volver a su lugar de origen.


Vitale señaló que “la liberación tiene un doble significado, ya que además de místico es turístico”, teniendo en cuenta que este tipo de liberaciones se convierte en un gran atractivo para el turismo internacional, junto con delegaciones de distintos puntos del país y escuelas de la región que participan de la ceremonia ancestral.


Una especie amenazada

Los cóndores andinos, cuyo nombre científico es Vultur gryphus, son aves que desempeñan un papel crucial en el ecosistema. Son conocidas por ser las aves voladoras más grandes del mundo, con una envergadura que puede superar los tres metros. Además, estos majestuosos animales son monógamos, formando parejas que suelen permanecer juntas de por vida.


Su importancia ecológica es innegable: como carroñeros, los cóndores andinos ayudan a limpiar el medio ambiente de restos de animales muertos, lo que previene la propagación de enfermedades y contribuye al equilibrio del ecosistema.


Un aspecto a destacar es que tienen una baja tasa de natalidad, lo que hace que cada cría nacida sea un acontecimiento significativo para la conservación de la especie.


“La especie se encuentra amenazada, de hecho en un momento se encontraba extinta en estado silvestre” advirtió el director del Bioparque.


En este sentido, resaltó que “por eso el programa tiene también su significancia, es una especie que habita a lo largo del continente americano, lo que pasa que fue reduciéndose en las regiones donde habitaba de manera silvestre y lo que intenta el programa -que es mucho más ambicioso de lo que uno piensa en realidad- es el retorno del cóndor al mar, tratar de habitar no solamente la región de la cordillera sino el Mar Argentino y toda la Patagonia”.


Para finalizar, explicó que “anualmente se liberan por lo general dos ejemplares, pero pueden llegar a liberarse hasta 13, que obviamente están geolocalizados. Después se le hace un seguimiento satelital con un anillo para ver los circuitos y las zonas donde se alojan para evitar la intoxicación”.
 

 

 

 

 

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