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09-09-2024

Pizzero de Saladillo busca certificación en Italia

Sebastián Ruggero comenzó en la pandemia con sus pizzas en el garaje de su casa y ahora procurará la calificación de Asociación Verace Pizza Napoletana.

En la pandemia Sebastián Ruggero comenzó a experimentar con la masa madre y la fermentación de panes y pizzas en un entorno controlado dentro de un garage de Saladillo y hoy está en la búsqueda de la certificación de la Asociación Verace Pizza Napoletana en Italia, mientras se prepara para competir el Campionato Sudamericano Scuola Pizzaioli que se celebrará en la Sociedad Rural de Buenos Aires.


Hoy su pizzería “Antonio Pizza Napoletana” lleva el nombre en honor a sus dos abuelos provenientes de Italia.


En aquella crisis sanitaria Sebastián Ruggero aprovechó la disponibilidad de tiempo para capacitarse de manera virtual con profesionales de Italia y ahora irá por la certificación de su pizza “Margherita”, que la que lleva los colores de la bandera de Italia, a través de la Asociación Verace Pizza Napoletana (AVPN), encargada de acreditar que una pizzería cumpla con los requisitos para producir una auténtica napolitana.


En el medio, entre próximo el 28 y 29 de septiembre participará de La Cuarta Edición del Campionato Sudamericano Scuola Pizzaioli, que se llevará a cabo en La Sociedad Rural en Buenos Aires, momento en el que se desarrollará la Feria Internacional de Turismo.
“Competiremos con “Margherita STG, Margherita Contemporanea y pizza gourmet Gran Antonio”, anticipó.


Sebastián, aunque no nació en Saladillo, proviene de una familia que sí es originaria de la ciudad.


El maestro pizzero comienza relatando que por cuestiones de la vida se separó y eso fue llevándolo de un trabajo a otro, pero ninguno vinculado con la gastronomía, aunque su pasión siempre era cocinar para su familia.


Ingresó a trabajar en una financiera de Tandil, que tiene sucursal en Saladillo y fueron las palabras del dueño las que finalmente influyeron en su decisión final y quedaron marcadas en su interior a la hora de dar el gran salto.


“Jamás voy a olvidar lo que nos decía Tito Erviti, que usemos su empresa como trampolín para hacer lo que guste en la vida”, recordó Sebastián.


Hasta que llegó la pandemia. “Mis familiares y amigos elogiaban mis creaciones, y una tarde luego de conversar con un amigo me incentivó para que venda mis productos. Así que, ese mismo fin de semana adquirí un pequeño horno napolitano a gas y comencé esta nueva aventura” dijo.


“Al principio promocionaba mis pizzas en redes sociales y de esa manera llegaron a los primeros hogares. Con el tiempo se fueron haciendo cada vez más populares, los bollos se agotaban rápidamente y todo esto iba ocurriendo en mi diminuta cocina de manera vertiginosa”, relató.


El negocio comenzó a expandirse y debido al aumento constante de la demanda decidió solicitar un préstamo para adquirir una amasadora más grande y una heladera.


“Cada paso que realizaba era siempre con mucho miedo, pero a la vez con mucha confianza en el producto. En este proceso se sumó mi novia Delfina, para tomar los pedidos y armar las pizzas mientras yo cocinaba. En ese momento cerré el garaje, para poner un horno más grande a leña y de esta manera abastecer la demanda. Cuando quisimos acordar estábamos vendiendo muchas pizzas en un espacio de 15 metros cuadrados y la gente nos pedía que pongamos mesitas y así aparecieron las primeras tres”, contó.


Así fue que en febrero de 2024, le puso fin a su trabajo en relación de dependencia y decidió seguir su pasión “se venía el invierno y queríamos un lugar cerrado para nuestros clientes, entonces armamos un espacio tratando de replicar las callecitas de Nápoles y sus veredas rústicas. Actualmente contamos con 7 mesas en un lugar calefaccionado, Mari se sumó y se ganó el corazón de los clientes a quienes atiende los fines de semana”.


Las pizzas de Antonio se elaboran con masa madre, que se obtiene mediante una fermentación natural al combinar harina integral con agua a temperatura ambiente. Este proceso permite que las bacterias conviertan la mezcla en una levadura natural, libre de aditivos químicos.


“Nosotros usamos una mezcla que es a base de centeno, desde el año 2019 y la alimentamos periódicamente. En invierno cada dos o tres días y en verano todos los días, la mantenemos en la heladera y de ahí viene el sabor tan particular de las pizzas nuestras”, concluyó.

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