“Queremos ser una organización más de la sociedad civil”

María Elena Castillo, presidenta de la Gran Logia Femenina Argentina visitó Olavarría y brindó una charla sobre “Masonería y Sociedad” en el Museo Dámaso Arce.

María Elena Castillo, presidenta de la Gran Logia Femenina Argentina visitó Olavarría para brindar una charla abierta sobre “Masonería y Sociedad”, que se realizó el pasado viernes en el Museo Dámaso Arce.

Previo a la charla brindada en nuestra Ciudad, María Elena pasó por el estudio del programa Contacto, que conduce Carlos Monges, y resaltó la esencia principal de formar parte de una organización de este tipo.

El grupo de mujeres se fundó hace 15 años. “Nuestra institución se ha consolidado internamente y ha desarrollado y fortalecido sus vínculos con Potencias Hermanas en un trabajo por los ideales masónicos universales” destacó.

La Gran Logia Femenina de Argentina en estos últimos años se ha abierto a la sociedad.

“Hay una decisión política e institucional de acercar la institución a la sociedad para que la puedan conocer y que sepan quiénes somos, cuáles son nuestros principios, que hacemos” comentó María Elena Castillo.

Además, su presidenta remarcó que “la masonería es una organización de la sociedad civil que está inscrita en los organismos de contralor del país, por lo cual secreta no es”.

“Podemos decir que han existido decisiones políticas en algunos momentos históricos de maximizar la descripciones, sobre todo en los gobiernos de facto en Argentina o en otras geografías” explicó.

En este sentido, María Elena señaló que la masonería conforma librepensadores. “El libre pensador es una subjetividad fortalecida en virtudes, con valores y con pensamiento crítico” subrayó.

Con un rol importante dentro de la institución, Castillo expresó que “la decisión política -en el caso de las mujeres que tenemos menos vida institucional histórica que los varones- es ya desde hace años de desmitificar y desestigmatizar”.

“Queremos trabajar como una organización más de la sociedad civil para poder hacerlo con otras ONG o entes gubernamentales” contó.

Prejuicios

Conspiradores, satanistas, anticatólicos… Estos son algunos de los prejuicios que circulaban -y algunos todavía perviven- en torno de los masones y a sus prácticas rituales.

“La estigmatización que tenemos de la institución se vio favorecida por esa falta de apertura que existió en algún tiempo, pero que también tienen que ver con los imaginarios sociales” destacó la presidenta de la Gran Logia Femenina.

Y sumó que “si hay algo de lo que tenemos alguna certeza es que no sabemos qué es lo que pasa. La masonería es una institución plural, tolerante, respetuosa y que integra a todos sus miembros al abanico de oficios, habilidades, rangos etarios y profesiones, sin ningún tipo de discrimnación”.

“Vamos por tender puentes y acercar esas orillas que se van zanjando tanto en las sociedades como en espacios que propenden al diálogo, respeto y tolerancia” contó María Elena.

Ingreso y aceptación

María Elena diferenció los ingresos previos a las redes sociales y los actuales.
“Antes se ingresaba a la masonería porque alguien te presentaba, ahora con el mundo de las redes sociales es más fácil. Estamos ahí, tenemos un formulario que se puede completar y a partir de allí se realizan entrevistas” reveló.

“Buscamos que la aspirante conozca quiénes somos las integrantes, que salve algunas inquietudes que tenga y que nos pregunte. La idea es que su inscripción sea una inclusión” explicó.

Además, sobre la aceptación a la Gran Logia Femenina planteó que “el ingresó es cerrado. Buscamos subjetividades iniciales. Alguien que busque cuestionar todo lo que tuvo por verdad o ir en búsqueda de sus propias respuestas”.

Y agregó que “se busca ir en búsqueda de un progreso espiritual laico, por eso somos extremadamente respetuosos de la religiosidad de cada integrante”.

Uno de los objetivos principales de la organización tiene que ver con fortalecer el compromiso social y ciudadano. “Se busca que esa persona se pueda construir en un libre pensador en libertad absoluta de conciencia” remarcó.

Respecto a la dificultad de que mujeres se sumen, María Elena contó que “sigue siendo difícil como en otras épocas. Parece que en este transitar por la historia hemos ido aceptando cambios y evolucionando en la aceptación de las diferentes miradas”.

“Es un gran desafío construir fraternidad o modelos universales. Estoy convencida que hoy el gran desafío que tenemos más allá de las problemáticas de pobreza, educación, de la vulnerabilidad climática, es aprender a convivir juntos” puntualizó.

Por último, María Elena destacó el auge por el interés de la masonería. “Hay un boca a boca. Se preguntan inquietudes, eso genera entusiasmo en querer conocer y nos identifica con esas personas que buscan trabajar con una sociedad más equitativa e inclusiva. Esto se da ante las crisis sociales, que llevan al ser humano a cuestionarse en todo” finalizó.