01-12-2024
Las inclemencias climáticas de alta intensidad se han vuelto recurrentes en la Ciudad. Bianca Segovia, Maestro Mayor de Obras, dialogó con Verte sobre las acciones útiles para evitar daños mayores.
Desde los temporales que azotaron a la ciudad en diciembre de 2024 y generaron destrozos incalculables en las casas de cientos de olavarrienses y otras ciudades de provincia de Buenos Aires, los fenómenos meteorológicos de magnitudes moderadas a fuertes se han vuelto frecuentes.
Las alertas amarillas y naranjas por tormentas cada vez que son anunciadas por el Servicio Meteorológico Nacional generan incomodidad en los ciudadanos. Vientos de muchos kilómetros por hora y abundante caída de agua en pocos minutos son la nueva forma de las tormentas que llegan a Olavarría en muchas ocasiones.
Producto de la ferocidad de las inclemencias climáticas, los hogares de muchos olavarrienses han sufrido daños en techos, paredes, arbolado y otros espacios. Luego de las tormentas, es necesario hacer un análisis de los posibles daños causados por el tiempo.
Uno de los aspectos principales de cara a estos eventos climatológicos es la prevención, realizando inspecciones de mantenimiento en los hogares de forma esporádica.
“Periódicamente hay que observar si las chapas están bien amuradas, ver goteras y filtraciones y también revisar los desagües” explicó Bianca Segovia, Maestro Mayor de Obras de la ciudad a Verte sobre las inspecciones de rutina más comunes.
En la misma línea, sobre la estructura óptima en techos con chapa, indicó que lo ideal es que “la carga esté 20 centímetros por encima de la chapa” y para evitar filtraciones y humedad “lo que recomienda es que el encuentro entre la carga y la chapa, quede sobre la onda superior de la carga, luego de esto se le coloca la zingueria metálica en el perímetro donde se encuentre la unión entre carga/cubierta, lo que comúnmente le llamamos “Babeta”, para evitar filtraciones y dar una mejor terminación”.
Además, recomendó el uso de selladores aislantes como silicona y poliuretano que se destacan por ser resistentes a los cambios climáticos y su adherencia a los diferentes materiales.
Durante las tormentas, la profesional de la construcción recomendó bajar las persianas o cerrar postigos “para evitar daños en los vidrios por el viento o cosas que puedan volar” y “entrar o amurar los muebles exteriores”.
Acerca del uso de lonas y media sombra para apaciguar los vientos, sostuvo que “pueden minimizar la presión pero hay que asegurarse de que estén bien instaladas y ancladas a una estructura sólida para maximizar su eficacia y seguridad. De lo contrario, podría ser contraproducente y ocasionar más daños”.
Posterior a los vientos y tormentas, las recomendaciones de Segovia para evaluar los daños causados, más allá de que no sean extremos como voladura de techo o la caída de una pared, son “revisar la estructura en general de la vivienda con atención en busca de daños estructurales como muros y cubiertas”.
“Verificar daños o deformaciones en chapas, tejas, caños de desagüe, ventanas y puertas. También las instalaciones de electricidad como cables sueltos, posibles cortocircuitos, gas y agua” enfatizó.
De todos modos, cuando se trata de cuestiones eléctricas ajenas al hogar, indicó que lo primero que hay que hacer es evitar el contacto y comunicarse con Coopelectric.
En cuanto a los daños más habituales en una propiedad luego de fuertes tormentas acompañados por intensos vientos, Segovia acotó que “suelen ser directamente sobre las cubiertas, como desplazamiento de tejas, desprendimientos chapas en conjunto a la estructura, filtraciones, etc, ya sea por el viento o no tan común por el granizo”.
Sobre los muros, comentó que lo normal es que surjan grietas en el revestimiento que desencadenan filtraciones de humedad por la lluvia, lo mismo con torceduras en los cristales, marcos y bisagras.
En este punto, la Maestro Mayor de Obras resaltó la importancia de tomar cartas en el asunto y reparar lo más rápido posible los daños debido a que, más allá de que se filtre humedad por un hueco, si la estructura queda inestable o un techo de chapa queda levantado, las consecuencias en una próxima tormenta podrían más severas.
Por último, Segovia aseguró que “toda obra debe estar supervisada por un profesional idóneo en el tema. Esto evitará todo tipo de inconvenientes y logrará la eficacia el trabajo que se espera”.