“Por momentos me asusta el grado de locura que hay”

El reconocido formador de futbolistas Rubén Rossi pasó por Olavarría con la “Escuela César Luis Menotti” y dialogó en exclusiva con Verte. Habló del presente de las categorías inferiores y sus falencias.

Rubén Rossi surgió en Colón de Santa Fe a fines de los ‘70, fue jugador en el final de la época dorada de Loma Negra, se puso la camiseta chaira, dejó un recuerdo imborrable como pareja en la dupla de zagueros junto con Juan Simón del juvenil de 1979 que brilló y levantó la Copa en el Mundial Sub 19 de Japón.

Luego de su etapa como profesional, se convirtió en un exitoso formador de futbolistas: fue Director Infanto Juvenil de clubes como Unión, River, Quilmes y Colón. Gracias a sus conocimientos y a su enorme cantidad de capacitaciones, estamos ante una eminencia del fútbol base.

En el inicio repasó cuándo fue su última visita a Olavarría. “Fuera de mi carrera de futbolista, estuve hace muchos años cuando estaba de director de fútbol de Colón de Santa Fe y vinimos hacer una prueba de jugadores, pero deben haber pasado 12 años”.

Sin dudas, es más que una palabra autorizada para referirse al nivel de las divisiones inferiores en Argentina. "En nuestro país nadie hace un control ni evalúa el trabajo de los formadores. ¿Sabemos si están capacitados? ¿Por qué ocupan esos lugares? ¿Quiénes son los encargados de formarlos? Nadie sabe estas respuestas. Todos piensan que si uno gana es bueno y si pierde es horrible".

Su regresó a la ciudad es con la camiseta de la Escuela de Menotti, donde se desempeña como coordinador general. “Me sorprendió la cordialidad de la gente y por sobre todas las cosas las ganas de capacitarse que tienen las personas y el fútbol permite el permanente aprendizaje”.

“Hoy los jóvenes quieren todo rápido, todo tiene que ser ya. Todo es efímero y pretenden construir saberes en poco tiempo, lo cual es imposible. Pero me sorprende la predisposición de esos jóvenes para recibir información. Esto demuestra que sigue existiendo esas ganas de seguir aprendiendo” valoró.

Lucha por sostener la idea “Menotista”, entre las que destaca jugar y que el resultado no es todo. “Ha habido una desculturización terrible en Sudamérica, que a pesar de ser los campeones del mundo el nivel futbolístico haya decaído. Esto se debe a que hemos dejado de lado nuestras raíces y nuestra historia. Los europeos nos vendieron programas de entrenamientos, metodología y libros, pero se llevan los jugadores de acá”.

Formador de muchos jugadores que llegaron al profesionalismo y palabra autorizada para analizar el presente del semillero argentino.

“Por el momento me asusta el grado de locura que hay por parte de padres, entrenadores y dirigentes. Alimentado por el periodismo que le hace creer a los niños que el que gana es un genio y el que pierde es un imbécil y sabemos que no es así. Siempre se compite para ganar pero los elementos que se utilizan son más importantes que la victoria. Todo está apuntado al único modelo que es el resultado deportivo” sostuvo.

Y rápidamente agregó. “Hay una locura tal que, si hoy me preguntan a mí, tengo un hijo de 10 años, ¿qué hago? No lo llevo a ningún club. A los niños les hablan del esfuerzo, del sacrificio, de la responsabilidad y todo eso no provoca y no promueve el aprendizaje con alegría y felicidad que es como verdaderamente se aprende”.

"Creo que nosotros debemos hacer un mea culpa. Hay una seria falla en la formación. ¿La educación y la transmisión de valores no importan? Parece que si ganas está todo bien, no importa cómo. Por eso a los jugadores les piden que la tiren a cualquier lado con tal de ganar. No les enseñan nada a los futbolistas. No los respetan. Llegan a Primera con lo poco que tienen" apuntó Rossi contra la transmisión de conocimientos de los entrenadores de fútbol base.

"La única gran responsabilidad de los formadores es que sus futbolistas crezcan. Los niños y adolescentes pueden aprender jugando, pero necesitan sí o sí de un formador que sepa para que les enseñe los conceptos individuales y colectivos. Hay un montón de situaciones que se dan en el juego que se las tiene que enseñar" prosiguió.

Rossi en cada momento de la charla y con énfasis sostiene: “Yo jamás saqué a ningún jugador, es un mérito de mis entrenadores. Nosotros cuando un niño llega a un club nunca le podemos asegurar que va a ser futbolista profesional, lo que sí le podemos asegurar es intentar darle una niñez feliz, esa es nuestra gran responsabilidad”.

“A la pelota no se enseña a jugar. Cuál era la primera condición que tenía el potrero y la más importante, libertad, libertad para jugar. Nadie daba indicaciones más que los propios pares, no se hablaba de sistema, no se trabajaba ninguna cualidad física, se jugaba hasta cualquier hora”.

En la actualidad los chicos firman contratos en edades muy jóvenes. Para Rossi esto generó “un desbarajuste y es muy difícil poder acomodarlo. Los jóvenes son profesionales antes de ser futbolistas. Y eso es muy grave por el daño que se le hace cuando se le arruinan los sueños a los niños. En muchos casos se los obliga a venir porque en realidad el que le gusta el fútbol es el padre”.

Después en un juego de pan y queso que le propusimos Rossi enumeró de los futbolistas que formó a cuáles elegiría: “Hay uno que no puedo obviar. Lo sacamos. (Diego Armando Maradona). Yo he visto jugadores extraordinarios, Gonzalo Higuain, un goleador de aquello, él para mí fue un jugador determinante”.

Después nombró a Radamel Falcao, Matías Donet campeón del mundo con Boca. “Diego Buonanotte, un jugador extraordinario con el cual luchamos durante muchísimo tiempo por su físico porque no se lo creía porque era muy chiquito” recordó.

La lista sinceramente era larga y dentro de esos nombres apareció el de Matías Abelairas. “Un día, jugando contra Talleres de Córdoba, se gambeteó a 5 jugadores e hizo el gol. Terminó el partido, lo llamé y le dije que había ido a ver todas las categorías, pero ahora me voy, con el gol que hizo me voy, ya no tengo más para ver” concluyó.