03-12-2024
Matías Beier es el nutricionista del plantel de Racing de Avellaneda, que viene de abrazarse con la Copa Sudamericana. Los entretelones y los sentimientos de una apasionada conexión con la gloria.
En el “antes” de toda la locura, toda la felicidad, todos los festejos de Racing por su primer título internacional en casi cuatro décadas estuvo la mano de un olavarriense. Y en el después también.
Un pibe que cuando terminó el colegio secundario, hace poco más de una década, viajó a Buenos Aires para seguir la carrera de chef. Una cosa siguió a la otra y terminó graduado de licenciado en nutrición.
Hoy es quien controla y maneja la dieta del equipo que hace 8 días dio la vuelta olímpica en la Asunción teñida de celeste y blanco.
Matías Beier puede decir que es uno de los que saben lo que pesa la Copa Sudamericana. Tiene 34 años, hasta 2011 su vida transcurría entre la escuela secundaria y como hooker del equipo de rugby de Estudiantes.
Hasta allí su conexión más fuerte con el deporte, hasta que conoció la pasión según Gustavo Costas.
“La relación que tengo con Gustavo es espectacular; es una relación como todas las demás. Aunque lo que Gustavo transmite trasciende lo profesional, es la pasión que contagia por Racing y hace que cualquier rol que uno tenga dentro del plantel lo viva como un hincha más” reveló.
“El otro día contaba que yo, por ejemplo, siempre jugué y me crié en el ambiente del rugby. De chico tuve muy poca conexión con el fútbol y no sentía ese fanatismo por la camiseta que pueden sentir otros. Además, cuando uno se va haciendo grande hay cosas que se van perdiendo. Gustavo hace sentir ese cariño, ese afecto por Racing, lo transmite, por más que uno sea de otro deporte y de otra profesión” rescató Matías.
Vínculo que le permite verse aún más conectado con esta conquista: “Sea en el lugar que sea, Gustavo también nos hace sentir parte del plantel. La verdad es que da lugar a que uno pueda trabajar cómodo y eso es muy bueno”.
Mucho antes del sábado de noviembre que reinstaló a la “Academia” en la escena sudamericana, Matías partía desde Olavarría hacia Buenos Aires para involucrarse con los estudios superiores.
Y aunque subía la complejidad, no se permitió cortar el lazo que lo unía con el deporte y con el rugby. Seguía jugando en CUBA en paralelo con el estudio y el trabajo.
“Laburé bastante tiempo en gastronomía y mientras estudiaba y jugaba al rugby me empezó a gustar y a interesar mucho el tema de la nutrición, sobre todo la nutrición aplicada al deporte. También por haber trabajado con un nutricionista muy importante” narró del otro lado del teléfono, en la planificación de la previa al partido con Rosario Central de este fin de semana.
De la “ovalada” no ha logrado divorciarse del todo. Sigue jugando como se lo permite la profesión en el plantel superior de CUBA, en un equipo de Intermedia, y además de la nutrición del plantel profesional de Racing de Avellaneda supervisa la misma cuestión en las selecciones juveniles de la Unión Argentina de Rugby (UAR).
“Vivimos una experiencia única, hermosa en Asunción. Yo había estado en la Copa Internacional, cuando fuimos a jugar la final contra Boca en Abu Dhabi, pero esto no tiene comparación. Vivir todo el proceso, ser parte de esto, la forma en que se dio la final tiene un plus. De a poco uno va cayendo en todo lo que se logró” reconoció Matías.
Pese a los protocolos de la Conmebol, en la capital de Paraguay Matías no dejó de estar muy cerca del plantel de Racing, antes, durante y después del partido con Cruzeiro de Belo Horizonte.
“Al partido lo vi desde un palco. Hay lugares donde nos permiten estar en la cancha misma y hay otros lugares que por la organización tenemos que estar en otro lado. Yo estuve con ellos hasta el momento de la salida a la cancha, asistiéndolos y cuando llegaron al entretiempo. A veces depende el lugar de la cancha, y si el palco está lejos por una cuestión de logística me quedo en el vestuario y lo miro por televisión, porque necesito estar ahí” reportó.
Racing aún no ha disuelto su borrachera por la gloria continental y, a diferencia de otros momentos, no hay lugar para distenderse porque la expectativa de ganar también el campeonato local sigue más fuerte que nunca.
La labor de supervisión de todo lo que tiene que entrar por la boca en estos días ha seguido como en los preparativos para jugar la final de la Copa Sudamericana con los brasileños.
“Sí, sí, sí, vamos a ir en busca del torneo también” anticipó Matías y añadió que “con los jugadores tenemos una relación excelente; es una relación cercana porque estamos continuamente cerca del plantel”.
“Estamos conviviendo permanentemente. Yo voy a la par de ellos en todos los sentidos: en el entrenamiento, en los viajes, en los partidos. Tengo un vínculo muy cercano con todos los jugadores y también es lo que me permite después trabajar de la mejor manera y que pueda atender las necesidades de cada uno” valoró.
“Cada deporte tiene lo suyo y el alto rendimiento tiene esa exigencia de que hay que estar hasta en el más mínimo detalle, porque el combustible es la alimentación. La recuperación también es muy importante” dijo.
“¿Qué come un futbolista de élite y cuáles son los permitidos?”, tenía que aparecer como pregunta en la charla con el nutricionista de Racing de Avellaneda.
“Pueden comer de todo. Siempre tratamos de cuidarlos, obviamente, y estamos en el detalle de las porciones y demás. Por ahí la alimentación de un futbolista no es tan marcada como en el rugby, pero sí hay requerimientos según el puesto, según el tipo de jugador y su función dentro del equipo” explicó.
“Es una alimentación muy variada y obviamente hacemos foco siempre en que coman cosas sanas y saludables. Por ejemplo, una fritura le recomendamos que no la coman, productos de pastelería obviamente que no, pero después del resto de cosas que pueden comer, es casi todo” confirmó.
La charla salió de lo específico para volver a todo lo emotivo e irracional que puede provocar una alegría de esta dimensión en el hincha del fútbol.
“Dije la otra vez que el hincha de Racing está loco, tiene una pasión desmedida y uno todo el tiempo se va sorprendiendo. No imaginaba antes de llegar al club que era tanto, que eran tan fervientes y no son cosas que vivimos sólo cuando terminó el partido con Cruzeiro” relató.