29-12-2024
Repaso de monumentos, esculturas, monolitos, bustos esparcidos a lo largo de la historia y vigentes en la Ciudad y las localidades.
Como en toda ciudad, grande o chica, como en todo pueblo o paraje, Olavarría y sus localidades también pueden relatarse e identificarse a través de sus monumentos, sus bustos, sus estatuas, sus monolitos.
Atribuyen a estas obras el rol de salvaguardar el pasado con un mensaje hacia el presente y el futuro para combatir el avance del olvido por el paso del tiempo. Desde los más imponentes hasta los que su presencia pasa inadvertida; desde los más significativos hasta los menos relevantes en la tradicional escala histórica, cultural o social.
Los hay en parques y paseos, en plazas y en entidades deportivas, al interior de edificios públicos, en avenidas y rotondas, a la vera de los caminos, al interior de las empresas, en el Cementerio Municipal.
Vale una diferenciación técnica: el monumento alude a una obra conmemorativa, mientras la escultura hace referencia a una obra nacida en un taller del arte de esculpir. Con lo cual las esculturas pueden ser al mismo tiempo monumentos.
Según el reporte del archivo Histórico Municipal hoy son más de medio centenar, en bronce, granito, cemento armado y su presencia alguna vez fue puesta en valor por un suplemento excepcional -convertido hoy casi en un incunable-, publicado en el primer aniversario de Olavarría de este siglo por el desaparecido diario El Popular, a través de un gran trabajo de las periodistas Rosana Puglisi, Laura Varela y Silvina Bistos y el plantel de reporteros gráficos del medio.
La mayoría sigue en pie, algunos ya no están, otros fueron apareciendo…
Cuentan los archivos que el primer monumento del que se tenga registro en la Ciudad se remonta a 1901 y fue erigido en honor al coronel José de Olavarría en la Plaza Central, un día indeterminado por ausencia de documentos probatorios y con la presencia de casi todos los pobladores de aquel joven y pequeño caserío a la vera del arroyo Tapalqué.
Creado por el escultor suizo Alejo Joris, radicado en la Argentina a fines del siglo XIX, el busto adquirió su forma en la Fundición Naval donde se construían los barcos nacionales y fue donado en 1900 por el director del Museo Histórico Nacional de entonces, Adolfo P. Carranza.
La misma plaza hoy acoge al Monumento a la Madre, inaugurado en octubre de 1955, obra del escultor salamanquino José Herreno Sánchez.
Muy cerca de allí, en el veredón de la Iglesia San José se puede ver el busto de monseñor Vicente Aducci.
El Teatro Municipal alberga en su interior el busto del dramaturgo y novelista siciliano Luigi Pirandello y en la vereda -sobre la calle San Martín- a la romana Loba Capitolina, a modo también de homenaje a la inmensa comunidad italiana en Olavarría.
Si de monumentos representativos del paisaje olavarriense se trata, pocos como el del General San Martín montado sobre su caballo, con el dedo índice de su mano derecha apuntando hacia la Cordillera de Los Andes emplazado en la Plaza Aguado, a unos pocos metros de la margen derecha del arroyo Tapalqué.
En mayo de 1953 las autoridades municipales informaban la adquisición de una estatua ecuestre del Libertador de América, similar en tamaño a la existente en la Plaza San Martín de Buenos Aires. Finalmente fue inaugurado el 24 de agosto de 1958.
El monumento de otro de los próceres más venerados por argentinidad, Manuel Belgrano, es de construcción más reciente y su recuerdo no quedó tallado en bronce, sino en hormigón armado.
La manzana que enmarca el homenaje al creador de la Bandera, en pleno barrio San Vicente, nació de terrenos donados en 1953 por la Cooperativa Agraria.
El 9 de julio de 1954 se colocó la piedra fundamental del futuro emplazamiento, aunque por largos años la plaza tuvo su nombre, pero carecía de figura conmemorativa.
Dos décadas más tarde, en 1974, quedaba inaugurado el Monumento a Manuel Belgrano con la presencia del ministro de Educación de la Provincia, el Dr. Tomás Diego Bernard.
“Belgrano está triunfante porque el pueblo americano está despierto y de pie”, decía en su discurso de aquel día.
Parque de atracciones
El parque que abraza por ambas riberas al arroyo Tapalqué, entre el puente Lucio Florinda y la avenida de los Trabajadores, contiene monumentos y bustos con las más variadas connotaciones.
Cercano a la imagen ecuestre de San Martín está el homenaje a los caídos en la Guerra de Malvinas.
Fue concebido con seis pilares con los colores patrios, en dos de los cuales se asienta una figura triangular que contiene el contorno del archipiélago austral irredento.
Realizado por el arquitecto Julio César Bidé, quedó inaugurado el 5 de abril de 1986 durante la primera gestión de Helios Eseverri como intendente municipal.
La lista es larga: a la altura de la calle Hornos los bustos de Perón y Evita; en la esquina de Brown y Colón la réplica de la estatua de la Libertad; en Brown y Merlo el busto del prócer oriental José Gervasio Artigas, inaugurado el 20 de noviembre de 1999, con la presencia del vicepresidente uruguayo Rodríguez Fainberg.
En la ribera opuesta se encuentra el busto a Sarmiento, como quien llega desde Vélez Sarfield a la Casa del Bicentenario; cerca de allí el busto de Adolfo Alsina.
Otro italiano ilustre, Dante Alighieri, tiene su busto a la altura de Brown, entre las calles San Martín y Belgrano; Bartolomé Mitre también está representado con un busto entre las calles Dorrego y Necochea.
En inmediaciones del Centro Cultural San José se erige el monumento del recordado Fray Romeo Musaragno.
Data de 1999. Uno de los más nuevos es el monumento de Homenaje a los Bomberos Voluntarios, emplazado sobre la calle Brown, entre la avenida Colón y la calle Saénz Peña.
En el Parque Mitre también existía el Monumento a la Paternidad, donado por la comunidad francesa en Olavarría, arrasado por la devastadora inundación que sufrió Olavarría en 1980, del que sólo subsiste el pedestal.
Tributo al fundador
En el plano de damero que fue diseñada la Ciudad, dentro del cuadrante que ocupan las calles España, Hornos, 25 de Mayo y Bolívar se levanta el monumento al fundador de Olavarría en el corazón de la plaza que lleva su nombre, Alvaro Barros, existente desde 1911.
Impulsado por la Comisión del Centenario en 1967, se trata de una obra del escultor Roberto Capurro. La figura del coronel es en bronce, sobre una base de granito martelinado de Sierra Chica.
Fue concebida con dos bellísimas caídas de agua que no pudieron sobrevivir a los embates del vandalismo urbano.
El monumento está (o estaba) rodeado con placas de las entidades y comunas que adhirieron a la celebración y lo flanquean hacia las calles 25 de Mayo y España pilas sostenidas por ángeles.
No lejos de allí, por la calle Bolívar en dirección este, luego de atravesar las vías del ferrocarril en pleno Barrio Luján se encuentra el busto de Pablo Fassina, en la plaza homónima, obra del escultor Santiago José Chierico, similar al que por años presidió el hall en el edificio del Banco de la Edificadora, derivado con la desaparición de la entidad financiera al Cementerio Municipal.
En el otro extremo de la Ciudad, la plaza López Camelo en pleno barrio Pueblo Nuevo y frente a la Escuela 4, se encuentra el Monumento a la Maestra, una escultura de cemento construida por Santiago Chierico, con el apoyo económico de Amalia de Fortabat y donada en 1970 al pueblo de Olavarría por la Agrupación Clase 1920.
El ferrocarril llegó a esta parte de la provincia de Buenos Aires casi detrás de las huellas de Alvaro Barros y su historia también está presente en las representaciones artísticas: el 15 de marzo de 1983, al cumplirse 100 años de la llegada del primer tren a Olavarría, se descubrió un monolito en recuerdo de aquella jornada.
Una biela y una rueda de una vieja locomotora completaba la obra. En 2010, con los trabajos de remodelación de la Terminal de Omnibus, se determinó el traslado de este monumento ferroviario a la rotonda de Pringles y Del Valle.
En la playa de estacionamiento de la vieja estación del Ferrocarril se encuentra la bella estatua de Diana Cazadora, donada por la colectividad sirio libanesa en 1929, en el marco de las celebraciones por el cincuentenario de la constitución de sus autoridades municipales. Su primera ubicación había sido en la rambla, sobre el eje de la calle Necochea.
En otra rotonda, la del cruce de las avenidas Del Valle y Pellegrini, Marián Angeletti y Cristian Bulant dieron vida en 2010 una escultura en tonos verdes a la que denominaron “Vínculo”, liberada a la interpretación e imaginación de los vecinos. Como obra de arte que se precie.
“La idea es que la rotonda sirva para expresar o generar algo en la gente” dijo su creadora en aquella oportunidad, ante no pocas voces polémicas que se levantaron en su contra.
Destrucción y creación
Murió joven…
Menos de 30 años permaneció enhiesto el más bello monumento que alguna vez se haya erigido en el partido de Olavarría: el “Monumento al Trabajo”, que desde el 12 de octubre de 1938 hasta mediados de la década del ‘60 fue testigo de la vida de los olavarrienses en su emplazamiento de Avenida Pringles y República del Líbano.
Fue la obra cumbre del genial Leopoldo Boccazi y durante el acto inaugural el intendente de entonces Amadeo Grimaldi valoraba que “el Monumento al Trabajo, que tantas horas le robó a su sueño, quebrantando su salud y perturbando su tranquilidad, lleva en sí toda la concepción de su alma de artista, la majestuosidad de su inspiración y la perfección de su experiencia en el manejo del cincel”.
En 1964, encandilado con las luces del progreso, el intendente Carlos Víctor Portarrieu lo consideró como un estorbo en su concepción sobre las vías rápidas en materia de circulación y terminó convertido en escombros ante la arremetida de las topadoras.
Poco tiempo después otra obra con la aspiración de llenarse con el mismo simbolismo se levantaba a un costado de la ex ENET: el “Monumento a la Voluntad del Hombre”, no pocas veces confundido con el “Monumento al Trabajo”.
Hoy, convertida en un ícono de la Ciudad y construida en homenaje a don Alfredo Fortabat, la obra fue trasladada a la rotonda en la intersección de la Avenida Del Valle y la avenida Eva Perón (ex Circunvalación).
Su diseño pertenece al artista Pablo Hannemann, alemán radicado en Buenos Aires, quien también tuvo a su cargo el monumento a Manuel Belgrano en la plaza del Barrio San Vicente.
La inauguración del Monumento al Trabajo se remonta al 25 de noviembre de 1968, con motivo del 101º aniversario de la fundación de Olavarría y aquel emplazamiento original se encontraba en el centro de un pequeño lago artificial.
A la ceremonia concurrieron el empresario cementero, su esposa Amalia Lacroze y la hija de esta María Inés Lafuente. Fortabat recibió de manos del intendente Enrique Mario Alfieri la “Llave de la Ciudad” de oro macizo creada por Mario Llera.
La fuerza de la naturaleza, los tesoros de la Tierra y la voluntad del hombre son las temáticas que sintetizan esos dos bloques que sostienen a un tercero.
Deporte, arte e historia
El Parque Carlos Guerrero del Club Atlético Estudiantes no sólo es uno de los predios deportivos más imponentes de la Argentina, sino reducto de una rica colección de monumentos con variadas connotaciones.
Allí los artistas olavarrienses hallaron los paisajes más diversos para colocar sus creaciones, algunas vinculadas con figuras de la antigüedad y otras representativas del acervo nacional, como el Monumento al Gaucho, del escultor Aldo Marchetti, ubicado bajo la sombra de un generoso ombú entre el sector tenis y la ribera del arroyo Tapalqué.
También están esparcidas por el Parque obras alegóricas de la Grecia que enseñaban los libros de historia alumbradas por el genial Leopoldo Boccazzi: una réplica del Discóbolo de Mirón, La Jabalina y Hércules frente a una de las calles laterales, en el entorno de las canchas de tenis, y a la izquierda de la avenida central.
“La Fuente” se encuentra entre el arroyo y la sede social. Ya no se pueden contemplar ni disfrutar “La Nadadora” y “La Remera”, otras dos obras de esta serie que fueron arrasadas por las inundaciones que asolaron a la Ciudad en el primer lustro de la década del ‘80.
También aporte de don Lepoldo Boccazzi, el 11 de septiembre de 1939 fue inaugurado el busto de Domingo Faustino Sarmiento.
Un busto, propio del ADN bataraz, recuerda al ex presidente y uno de los fundadores (Francisco Amoroso) en el ingreso a la sede social.
Racing no quiso ser menos y lanzó casi al mismo tiempo para el Parque Olavarría la obra “Atletas de cemento” en los flancos de la Avenida Central: La Victoria, El Tennisman y El jugador de fútbol, también de la maravillosa y prolífera e inigualable creación de don Leopoldo Boccazzi.
Entre rectificaciones del paisaje y los efectos de las inundaciones sólo subsiste El jugador de fútbol, que lució mutilado en sus extremidades superiores por décadas y restaurado bien entrado el presente siglo.
Quienes por años concurrieron a la cancha de Loma Negra para ver los partidos del “celeste” o aquellos que la descubrieron en los años opulentos de los ’80 han podido verificar la belleza de la estatua del “Atleta triunfador”, ubicada antes o detrás de la tribuna principal según el ojo observador.
Creada por quién, si no, don Leopoldo Boccazzi, a pedido de don Alfredo Fortabat, permanece allí incólume desde 1939.
Este es un repaso para tantas manifestaciones artísticas (quizás con omisiones injustas e involuntarias) que se han erigido en las 771.500 hectáreas del partido de Olavarría para resguardar la memoria y una historia que atraviesan a cada uno de sus ciudadanos.
(*) Agradecemos la colaboración prestada por la Secretaría de Cultura y el Archivo Histórico Municipal.