29-12-2024
Así lo expresó Claudia Montero, psicóloga y sexóloga local ante el incremento de divorcios en parejas de larga data. Miedos, nuevas experiencias y la rutina, combinaciones protagonistas en la decisión.
“Hasta que la muerte los separe” es una frase que según los datos de la Dirección General de Estadística y Censos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ya no refleja la realidad de los matrimonios en Argentina, porque además de que las nupcias se redujeron un 50% en las últimas décadas, los divorcios aumentaron. Hay alrededor de 7 divorcios cada 10 casamientos.
No sólo esto, si no que hay una particularidad, y es que entre las separaciones destaca el promedio de edad de los protagonistas, que rondan los 50 años y la duración de las relaciones, superiores a las dos décadas.
Esta tendencia es conocida en todo el mundo como ‘Divorcio gris’ y se refiere justamente al divorcio o separación de parejas de más de 50 años y muchos años de relación.
“A esta altura del año (último trimestre) tengo muchas más consultas de parejas. No digo que en verano se separen más, pero sí que estamos más desacelerados por las vacaciones y se empiezan a observar ciertas incomodidades en las parejas que en otra época pasan desapercibidas” comenzó explicando Claudia Montero, psicóloga sexóloga local, quien trabaja con parejas, sobre esta tendencia que también afecta a los olavarrienses.
Diciembre y la llegada de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo también son factores que influyen debido al estrés que representa en algunas parejas. “Hay mucha irritabilidad en algunos casos y estas fechas intensifican esto, y ahí es cuando se ponen a replantear ciertas cosas” resaltó Montero.
Si bien aclaró que “no es que el verano hace que las parejas se separen, sino que son casos en los que ya vienen con todo un proceso tratando de hablar y salvarla, pero a veces no se puede”.
“Las vacaciones dan tiempo libre, uno ve la realidad desde otro lugar y sumado al estrés de las fiestas hace que haya más discusiones y si es una pareja que nunca tuvo comunicación o es distante el panorama se complica más” acotó la profesional.
Además, sostuvo que en muchas ocasiones las vacaciones familiares son utilizadas como un “salvavidas” que termina siendo contraproducente debido a que “cualquier discusión escala a mayores porque está todo muy friccionado y vuelven peor de lo que se fueron”.
Entonces, la psicóloga reconoció que un gran porcentaje de quienes comienzan con sesiones en esta época del año es porque “buscan una separación más tranquila”.
“Uno decide saltar el charco, irse. Pero no es el culpable, sino el que tuvo el coraje de decir “nos estamos haciendo mal, no va por acá” y toma la decisión” destacó Montero.
El cambio de hábitos o rutina distinta entre los protagonistas de la pareja también es clave en estos casos y tiene que ver con el rumbo u objetivo que tiene cada persona de forma individual. “En jubilados o cuando las parejas quedan solas en casa algunos quieren empezar a viajar, estudiar o hacer algo distinto y la otra persona no acompaña o va por otro lado y ahí arrancan fricciones”.
El celular y redes sociales
Las redes sociales desde su irrupción en los celulares se han ganado la fama de ser unas de las grandes protagonistas y causantes de rupturas amorosas debido a la facilidad para entablar conversaciones con otras personas y ocultar los hechos.
“Es algo muy peligroso. Arranca con un ‘like’ que se devuelve, se pasa a un mensaje y capaz sin querer uno se mete en un terreno complicado y se va de las manos” expresó acerca del uso de las redes sociales y el impacto en las parejas.
En ese sentido, enfatizó en que no suele ser la causa principal de las separaciones, sino que “se hace cuando ya hay una búsqueda de otra cosa o se siente que la relación se está empezando a terminar”.
Nuevos comienzos
Lo más sorprendente para la especialista en salud mental y parejas es que en el último tiempo el factor común es la gran cantidad de años que llevan juntos. “Tengo consultas de relaciones de 20 años de casados para arriba, incluso 30. Hablamos de personas de 45, 50 y hasta 60 años que dan ese paso”.
Montero hizo énfasis en que en muchas ocasiones la decisión no fue tomada con anterioridad debido a que “estaba mal visto” pero que ahora “son personas que han decidido priorizarse y preguntarse “¿Qué es lo que estoy haciendo? ¿Hacia dónde quiero ir?”.
En algunos casos, evidenció que parejas con “proyectos ya consolidados como hogar y familia” se separan luego de que los hijos se independicen del hogar.
“Se quedan mirando uno a otro buscando otro rumbo que no sea criar a los hijos y algunos lo encuentras, y otros no” comentó.
En ese sentido, Montero detalló que “separarse después de los 50 ya no es una catástrofe porque antes se pensaba que a esa edad ya te quedabas solo pero uno puede sorprenderse con un montón de cosas, la vida cambió y hoy nunca es tarde”.
Por último, se dirigió a quienes sienten que la relación no está funcionando y explicó que es fundamental asistir a un profesional de la salud: “Si no la estoy pasando bien, lo primero es trabajar la comunicación y si es necesario ir con alguien capacitado, solo o en pareja. No hay que quedarse en un lugar por miedo a sentirse sólo, hay que hacer el duelo y seguir adelante”.