21-01-2025
Carlos Salinas, el árbitro de Ferro - Costa Brava, habló en exclusiva para Verte: de la acusación de favorecer a los poderosos, de su labor, de los incidentes y de las amenazas recibidas.
Foto: gentileza Verito
Carlos Salinas llegó ayer a Rosario, donde tiene su domicilio y donde trabaja, después de un domingo complicado en Olavarría, tras dirigir Ferro y Costa Brava de General Pico por el partido de ida de las finales de la Región Pampeana Sur del Torneo Federal Amateur.
Su teléfono, al que hubiese sido casi imposible acceder a pocas horas de una noche tan polémica, con la violencia merodeando en sus formas más diversas, apareció por un escrache en redes sociales y -ante la llamada- dio Salinas el "sí" para la entrevista sin escapar a ningún tema.
Empezando por el “cartelito” que cuelga en sus espaldas de ser una especie de árbitro a medida de los equipos sospechados de favoritismo en los torneos organizados por el Consejo Federal.
Este santafesino de Venado Tuerto de 32 años, casado y con hijos pequeños, aceptó responder todas las preguntas. Casi siempre con frases cortas y contundentes.
“Mi esposa desde que me conoce me dice que me deje de joder con el arbitraje, pero sabe que para esto se nace. Nunca me he planteado dejar el arbitraje, porque uno sabe que hace las cosas bien” recalcó casi en el final de la charla.
“Sabés que estás señalado como un árbitro que ponen a dedo para favorecer a ciertos equipos”, fue el primer tema del ida y vuelta.
“Es mucho lo que se habla; el periodismo, los dirigentes. A uno le ha tocado dirigir semifinales o finales de estos torneos, sabe cómo se hablan estas cosas y trata de hacer su trabajo lo mejor posible. ¿Si me hicieron pensar en dejar el arbitraje? Sí, sí, seguro, seguro. Uno siempre se plantea eso, porque son acusaciones muy feas” reveló.
“Ojalá en algún momento me pueda sacar ese cartelito que me han puesto” añadió.
Salinas aceptó una autoevaluación de su labor en la cancha de Ferro: “Uno siempre hace una reflexión tanto negativa como positiva de lo que fue un partido”.
“Era un partido complicado, se habló mucho la previa, pero yo fui muy tranquilo, como siempre. Uno está acostumbrado a dirigir estos partidos hace años, así que estoy tranquilo con lo que hice” comentó Salinas.
En el tintero de los más de 100 minutos que se jugaron el domingo quedaron varias jugadas muy protestadas por los carboneros. Salinas hizo mención a una en especial como su error más importante de la noche.
“Yo puedo decir la del segundo tiempo, no recuerdo bien el número de camiseta, creo que el número 16 de Ferro (Bracamonte) que recibió una falta y al dar la ventaja volví de la jugada con un offside. Puede ser que me haya equivocado al no amonestar al jugador visitante. Pero después creo que no me he equivocado mucho en el juego” consideró.
“Me vi bien en la conducción. Uno tiene su forma de dirigir, de dejar seguir un poco, pero en un momento el tema se puso áspero y tuve que sacar las amarillas a los jugadores que les saqué, que no fueron muchos. Creo que fueron una para el lado del local y tres para el visitante” añadió.
Salinas se refirió también a los episodios extra futbolísticos que se produjeron en la cancha de Ferro: “Fue complicado el tema del trato. Ya el ingreso fue difícil con la parcialidad local y con los dirigentes también fue muy complicado”.
“Algunos dirigentes no se han comportado debidamente” añadió.
Salinas se negó a revelar el contenido del informe. “Eso está en el Tribunal de Penas y es confidencial” dijo.
Sin embargo, Verte tuvo acceso a algunos párrafos del texto en el que el árbitro de Ferro - Costa Brava hace mención a que debió suspender el partido a los 41’ del primer tiempo por espacio de 20’ y que siguió porque contó con las garantías del comisario a cargo del operativo.
Que debió frenar nuevamente el juego por el lanzamiento de piedras y botellas de vidrio desde un sector de la parcialidad de Ferro hacia los suplentes de Costa Brava y volvió a tener las garantías de la autoridad policial.
“Estuve muy cerca de suspender el partido” reconoció Salinas, quien dejó Olavarría bastante después de la medianoche de domingo para lunes.
“Todo lo que pasó en la cancha y en los vestuarios está en el informe” se limitó a decir y admitió que “fue muy complicada la salida de la cancha por el maltrato de los dirigentes. Todo eso está en el informe y yo no lo puedo divulgar, pero el Tribunal de Disciplina está al tanto de todo”.
“¿Si tuve miedo? No, no. Fue complicado, pero uno sabe cómo son estos encuentros y estoy acostumbrado” aseguró.
Como contrapartida valoró el comportamiento de todos los futbolistas que protagonizaron esta primera final de la Pampeana Sur: “Jamás tuve un problema, nunca me rodearon, terminé el partido ‘cero problema’ con los jugadores, ni del local ni del visitante, y eso lo puede corroborar el que vea el partido. No hace falta que yo se lo diga”.
“Al llegar a Olavarría nunca me imaginé que me podía pasar todo esto” aceptó Salinas y dentro de “esto” están los mensajes agresivos que cayeron este lunes en su whatsapp desde teléfonos con el código 2284.
“Alguien poco noble con sus responsabilidades, para decirlo de algún modo, filtró mi número a esta gente. Creo que me mandaron entre 130 y 150 mensajes con todos los insultos y todas las amenazas que se puedan imaginar y que no se pueden contar al aire en una nota” denunció Salinas.
“Uno está expuesto a todas estas cosas y no tiene problemas en aceptarlo” confesó Salinas.