“Nuestro derecho está alineado con estándares internacionales”

"Estamos presenciando un fuerte retroceso de los derechos que las feministas supimos ganarnos" expresó Patricia Pérez, Directora de Mujeres, Género y Diversidad del Municipio de Olavarría.

(*) Por Patricia Pérez

Estamos claramente presenciando a nivel nacional un fuerte retroceso de los derechos que las feministas y el amplio movimiento de mujeres supimos ganarnos en los debates racionales y apasionados que hemos dado-siempre con argumentos que ponen en cuestión la existencia histórica de las desigualdades sexo genéricas.

Nuestros derechos humanos han sido refrendados en el Congreso de la Nación y están respaldados por leyes -que además de la obvia legalidad necesaria- tienen la suficiente legitimidad de las calles, de las plazas, de las universidades, de las organizaciones de la sociedad civil, diría, del pueblo. Hemos obtenido un plexo de derechos que está alineado con estándares internacionales con los que Argentina -como estado nación- acuerda.

Y es en ese sentido que se han obtenido mejoras para las mujeres y las disidencias como por ejemplo la modificación en 2012 del artículo 80 del Código Penal Argentino incorporando la figura del femicidio para quien matare “a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”.

Ahora, borrar con un intento de modificación del código penal una figura tan precisa como la de “femicidio”, implica un visible desconocimiento no solamente de las luchas feministas, sino también de los sentidos que encarna la violencia machista extrema: por ejemplo la cantidad de niñeces que quedan en orfandad, las familias destruidas. Nos faltan todas esas mujeres y esas disidencias asesinadas.

Solo en el año 2024 se registraron más de 250 femicidios en nuestro país. ¿Acaso esto no es prueba suficiente de que se necesitan políticas específicas para trabajar en la problemática de la violencia?

Si hablamos de género, incluimos -obviamente- a los hombres; acaso ¿no sería necesario profundizar dispositivos socio comunitarios que trabajen con los agresores en términos de prevención? ¿No sería necesario redoblar esfuerzos por una educación que incluya más ESI de carácter científico? ¿No sería necesaria más Ley Micaela? Yo creo que sí. En la PBA y en nuestro municipio estamos por ese camino.

Para finalizar: estos intentos van de la mano con la propuesta conservadora de destrucción del tejido institucional que trabaja para erradicar las violencias por razones de género.

Creo que promueven borrar de un plumazo un paquete más amplio de derechos consagrados en leyes nacionales: por ejemplo la Ley de paridad, la de cupo laboral tran- travesti, la conocida Ley Micaela. Sabemos que no todas las personas somos iguales. La idea de igualdad liberal es una fictio iuris (una suposición de que algo es cierto aunque pueda ser falso) a la que quieren retornar; pero como compañera feminista, sé que lucharemos siempre para que nuestros días sean más más dignos, más justos y menos desiguales.

(*) Directora de Mujeres, Género y Diversidad del Municipio de Olavarría