19-02-2025
El médico veterinario e integrante de la Mesa de Cannabis local, Agustín Romero, analizó la decisión del Gobierno Nacional de dar de baja las autorizaciones del Reprocann.
(*) Por Agustín Romero
Con motivo de la decisión del Gobierno Nacional de dar de baja todas las autorizaciones que a través del REPROCANN concede el Ministerio de Salud de la Nación a las personas que por diferentes dolencias se les autorizaba a cultivar la planta de Cannabis sativa y hacer uso de la formulación que mejor se adapta a su patología y de la misma manera a múltiples ONG y asociaciones civiles que en el mismo sentido producían sus formulaciones, es que quiero volcar algunas reflexiones por las cuales interpreto que es una decisión que atrasa décadas en referencia al uso medicinal de la planta de Cannabis.
En primer lugar ya es indiscutible las propiedades terapéuticas que tienen los diferentes principios activos que posee esta planta, todos avalados por innumerables trabajos científicos y por la evidencia empírica de tantos años de uso medicinal de la misma. En segundo lugar, Argentina fue pionera a nivel mundial en la redacción de leyes como la 27669 y la 27350 las cuales dieron un marco regulatorio al uso medicinal del Cannabis y sacaron de la clandestinidad a miles de personas que auto cultivaban y producían sus propios aceites y tinturas a base de esta planta para aliviar sus dolencias y en muchos casos, como “Mamá Cultiva” lo hacían para sus hijos con epilepsia refractaria. Esto permitió profesionalizar el uso del Cannabis, esto es, que un médico pueda prescribir la forma farmacéutica más adecuada para el tipo de patología que padece el paciente, que estas formulaciones puedan ser analizadas en laboratorios públicos o privados para saber cuál es su composición exacta y de esta manera dosificar correctamente el principio activo. También autoriza la producción con fines productivos y para la industria alimenticia de la planta de Cannabis.
Esta nociva decisión, cargada de prejuicios y carente del más mínimo sustento científico, probablemente inducida por intereses inconfesables y que provoca un gran daño al derecho universal a la salud de miles de personas que necesitan del Cannabis para aliviar sus dolencias, mejorar su calidad de vida y en muchos casos lidiar con enfermedades terminales, provoca una vuelta a la informalidad, a la falta de seguridad terapéutica, falta de trazabilidad de las diferentes formulaciones, falta de seguimiento médico de los tratamientos, etc. También a nivel local provoca un retroceso importante, ya que Olavarría tiene un potencial inconmensurable en la materia, contamos con la Facultad de Ciencias de la Salud y el Hospital Municipal con su laboratorio de producción de medicamentos con capacidad técnica y profesional para desarrollar estas formulaciones, también la Facultad de Ingeniería cuenta con el Programa de Extensión “Universidad y Cannabis” el cual está dotado con la última tecnología para analizar las partidas de los diferentes aceites que produce y prestar este servicio a diferentes ONG y asociaciones civiles que también producen, además de generar un espacio para que diferentes profesionales puedan hacer sus estudios de postgrado y doctorados en la materia.
Una Clínica privada con especialistas en la materia que además de ofrecer este tipo de terapéutica es generadora de evidencia científica a través de la publicación de diferentes trabajos en Universidades Nacionales y revistas científicas. También Olavarría ha sido sede en el 2024 de diferentes jornadas científicas y conferencias en la materia, organizadas por el Gobierno Municipal y la Facultad de Ingeniería para el público en general y para agentes de salud. En el mismo sentido, Olavarría es pionera en una Ordenanza que convoca a una Mesa de Cannabis para uso medicinal, coordinada por el Concejo Deliberadamente e integrada por diferentes colegios profesionales, universidades locales, INTA, Poder Judicial, cultivadores locales, etc. La cual se encuentra en plena actividad, con reuniones mensuales en donde se discuten políticas públicas en la materia, se organizan jornadas de capacitación, se asesora a diferentes actores locales en la materia entre otras actividades. Es por todos estos argumentos y por muchísimas personas que llevan años luchando por su derecho a la salud, que creo que el gobierno nacional debe reflexionar y reveer esta mala decisión y promover políticas públicas favorables para garantizar que la terapéutica cannabica sea cada vez más universal, gratuita y de calidad.
(*) Médico veterinario e integrante de la Mesa de Cannabis