26-02-2025
Mientras el dirigente de AOMA Bruno D’amico calificó la medida (impulsar la importación de cemento) como “vende humo” desde el ámbito empresarial se manifestaron con cautela.
A raíz de la Resolución 26/2025 emitida por la Secretaría de Industria y Comercio del Ministerio de Economía, que modificó los requisitos para la importación y producción de cemento por parte el gobierno nacional, que tiene como objetivo “reducir costos y tiempos”, Verte dialogó con Bruno D’amico, tesorero de la Seccional local de AOMA acerca del impacto de la medida en los trabajadores locales y la producción del material de construcción.
Desde el principio, D’amico enfatizó en que “la importación y exportación de cemento es un tema muy complejo, porque por más de que sea de muy buena calidad hay factores como la húmedad y el altísimo costo de traslado que es mayor que el del propio cemento, hacen que piense, según mi visión, que es todo humo”.
De esta manera, echó por tierra la medida del gobierno nacional y argumentó que “si bien podrían bajar el valor del cemento porque la parte económica es una gran traba, la logística también lo es porque no se puede trasladar muchos kilómetros”.
Si bien indicó que empresas mineras establecidas en Olavarría cuentan con plantas en países limítrofes como Paraguay y Uruguay, “podés trasladarlo entre plantas pero también hay que tener en cuenta el almacenamiento y la comercialización, es todo muy complejo”.
“Argentina en un momento exportaba cemento a Paraguay, Uruguay, un poco a Chile y Brasil, no mucho más allá de la frontera porque no puede tomar húmedad”, sostuvo.
En esta línea, indicó que “pueden bajar los costos porque baje el precio del cemento pero no el de la logística, que es el gran impedimento para esto. El problema no es conseguirlo más barato”.
Además, hizo un paralelo entre la medida y la situación actual de la industria minera, que durante el año 2024 tuvo un derrumbe del 23,9% en el despacho de cemento. “No se a donde van a colocar el cemento, porque no es falta de volumen lo que pasa, sino que hay falta de venta, de comercialización”, enfatizó D’amico.
En cuanto a la empresa Loma Negra, donde se desempeña, explicó que “tenemos los silos llenos” y que L’Amali “está vendiendo un 35% de capacidad instalada cuando el promedio histórico siempre fue del 80%. Se podría crecer tranquilamente un 100% y tampoco estaríamos en el promedio normal”.
“Si esta medida está enfocada para la construcción yo diría que es bastante vende humo. La capacidad instalada no es porque no quieran vender cemento, sino porque no hay obra”, comentó.
Por último, arremetió: “A menos que quieran cerrar las cementeras de Argentina y entonces ese 40% de cemento que se estaba produciendo para la venta traerlo todo de afuera, ahí matan la actividad”.
Una fuente del ámbito empresarial que pidió reserva de identidad señaló que es importante tener en claro que siempre se pudo importar cemento.
“No es que hubo un cambio en ese sentido”, explicó. “La importación de cemento siempre estuvo permitida, jamás estuvo prohibida, lo que sucede es que como muchos otros productos tenía un trámite asociado”.
“Todos los fabricantes de cemento en Argentina para poder vender sus productos tienen que certificarlos ante el INTI. Y aquél que importaba cemento, tenía que hacer lo mismo. Ahora el gobierno lo que hizo fue modificar este reglamento, y lo que está buscando es simplificar ese trámite para que el que tenga que importar cemento pueda certificar en su país de origen y acá hacer un trámite simplificado ante las autoridades locales”.
“En concreto, objetivamente, ese es el cambio. Ahora, si me preguntas ¿qué va a pasar? Ahí hay que analizar otra cuestión. Creo que esta norma no va a cambiar la situación, ahí la que manda es la realidad. Y la realidad sobre todo en relación a los precios del cemento, de los fletes”.
“El cemento hoy en Argentina tiene precios sumamente competitivos, son precios bajos que hace poco probable que venga cemento importado al país, porque los costos de transporte son muy altos. Además, mantener ese cemento en buenas condiciones también es complejo y representan costos adicionales”.
“Va a ser muy difícil que se importe, pero es algo que regulará el mercado de acuerdo a la ley de oferta y demanda”, estimó.
Consultado sobre las posibilidades fácticas de llevar a cabo importaciones desde otros continentes, estimó: “De hecho el cemento se exporta y se importa, pero no hay que perder de vista que con el tiempo el cemento va perdiendo algunas de sus características. Si no está bien guardado, se endurece, con lo cual, hay ciertas cuestiones que cuidar y tampoco es que se puede tener muchísimo tiempo viajando. Cuidando esas cosas se puede y de hecho, se hace”, precisó.
Consideró que se exporta cemento a países que tienen un precio muy alto, de manera que el precio de venta permite luego absorber todos los costos extras.
El vocero consultado precisó que es un error de concepto considerar que con esta medida se podrá bajar el costo del metro cuadrado de construcción. “Hoy el metro cuadrado de construcción está caro, porque el dólar está con un atraso cambiario muy grande. Lo que hay que mirar, si se quiere hacer un análisis serio, es cuánto vale la tonelada de cemento en Argentina y cuánto vale en el mundo”.
“Ahí te encontrás con que el precio de Argentina está muy competitivo, entre los 90 y los 100 dólares la tonelada. Cuando mirás los países que importan cemento, son aquellos donde la tonelada está en el orden de los 170 dólares”, puntualizó. “Ahí sí representa un negocio llevar cemento de China o de Turquía y absorber todos los costos y aún así te queda ganancia”, precisó.