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Información General “Es un regalo estar viva y disfrutar todos los días”

09-03-2025

“Es un regalo estar viva y disfrutar todos los días”

Gabriela Zariatti debió someterse a un trasplante de hígado en noviembre. El procedimiento se realizó en Mar del Plata en tiempo récord. El relato del duro momento que le tocó atravesar.


Realizar una visita al médico para un chequeo de rutina es un hábito que tienen miles de argentinos para conocer su estado de salud en general, pero de cualquier forma una enfermedad puede manifestarse en cualquier momento.


Así le sucedió a Gabriela Zariatti, vecina de Olavarría que a mediados de 2024 comenzó a sentirse mal y los especialistas no lograban dar con su enfermedad, hasta que en Mar del Plata descubrieron que necesitaba un trasplante de hígado debido a una hepatitis autoinmune fulminante.


“Luego de muchos estudios, en octubre me empecé a poner amarilla y en el Instituto Médico un análisis me dio con ictericia alta y el hepatograma mal, por lo que me internaron”, detalló Zariatti sobre el primer diagnóstico y comienzo de su tratamiento.


Luego del primer diagnóstico su cuadro se agravó, con síntomas como desvanecimientos, hipoxia, fiebre amarilla y sin fuerzas para levantarse de la cama, fue trasladada a Mar del Plata el 26 de octubre, específicamente a la Clínica Pueyrredón. “Me olvidaba de las cosas y no tenía fuerza en los músculos. Las toxinas del hígado me estaban apagando el cerebro”, recordó.


Dos días más tarde, el panorama de salud de la olavarriense se complicó aún más, cuando “mi hígado me había intoxicado todo el cerebro y desde ahí ya no tengo más recuerdos aunque mi familia me dijo que estaba consciente”, contó.


El 30 de octubre fue el día más crítico, cuando ya el hígado de Zariatti dejó de responder y los médicos tuvieron que optar por el coma inducido porque su corazón también había comenzado a fallar. Por esto, fue colocada en primer lugar en la lista de espera por el Incucai para un trasplante hepático, la única manera de salvarle la vida.


“Era el trasplante o me moría”, dijo.


En el mismo momento comenzó una campaña para conseguir dadores de sangre en la Ciudad, que fue récord, acercándose más de 30 dadores que eran los necesarios.


Finalmente el 2 de noviembre llegó el tan esperado hígado, proveniente de un donante de Mar del Plata y Gabriela fue operada con éxito en la ciudad costera. “Salió todo bien y el 4 de noviembre me despierto como si nada. Arranqué con una recuperación asombrosa”, comentó.


Zariatti explicó que luego de la cirugía los médicos “vaticinaban 15 días con respirador, dos meses de internación en terapia intensiva y cuando me vieron tan bien no lo podían creer”.


Tan solo siete días después de despertar, el 11 de noviembre recibió el alta de la clínica y el 9 de diciembre, luego de quedarse allí para realizar los controles post operatorios, volvió a Olavarría.


Volver a nacer

Según las palabras de Zariatti, despertar luego de la operación y el coma fue “volver a nacer” porque “no te das cuenta, yo me dormí muy mal y me desperté bien. Realmente es una segunda oportunidad porque volví a tener una vida luego de tener que estar postrada en una cama el último tiempo, donde no tenía ánimo ni para ir al baño”.


Lo que le ocurrió es un caso muy raro, “es un caso en un millón y me pasó a mí”, indicó y agregó que “hay muchas hepatitis autoinmunes que se pueden tratar con medicamentos pero la mía, si no fuera por el trasplante no estaría acá”.


En este punto, ante el acelerado avance desde la detección de su enfermedad, cómo se agravó, la operación y la recuperación, reflexionó sobre los pensamientos que se cruzaron por su cabeza en todo el proceso.


“Me estaba matando de a poco y también sentía que era un gran golpe para mi familia, porque veían una mamá, hija, hermana que se les estaba apagando. Fue muy jodido para muchos, no solo para mí”.


“Es difícil cuando pasa todo tan rápido que no llegas a dimensionar lo que está pasando, un día ya estás viajando para tratarte y todavía no asimilas la enfermedad”, expresó.


Una vez de regreso en Olavarría, con una operación que requirió más de 60 puntos de derecha a izquierda y otros 15 de arriba hacia abajo, indicó que “admiraban que yo nunca tuve dolor y que el mismo día que me desperté ya estaba sentada, como si nunca me hubieran operado”.


La importancia de donar

En Argentina 2024, récord histórico para el país. Entre los trasplantes, 2156 fueron de órganos y 2107 de córneas, con 308 realizados en pacientes pediátricos.


Además, se realizaron 1972 procesos de donación, alcanzando una tasa de 17,7 donantes por millón de habitantes. Los hepáticos fueron 462 y ocuparon el segundo lugar entre los órganos, por detrás de los 1515 trasplantes renales.


“No tomás conciencia de lo que significa tener un órgano completo de un extraño adentro tuyo”, reconoció Zariatti sobre el trasplante que sufrió y asimiló que “de un lado está la felicidad tuya y la de tu familia y la tristeza de la otra, pero el hombre me salvó la vida y gracias a esa familia con ese acto de amor es que hoy estoy acá”.


“Yo hoy tengo 46 años y desde los 16 que me hice el documento estoy registrada como donante porque sé y reconozco la importancia que tiene serlo, salva vidas”, apuntó y llamó a toda la población a imitar esta acción.


“Sé que no es fácil para muchas personas y familias pero se salvan vidas. No hay que tenerle miedo porque no va a venir un médico a sacarte los órganos”, indicó la olavarriense.


Para la vereda de enfrente, los trasplantados o quienes estén esperando un órgano, brindó palabras de apoyó e instó a “no bajar los brazos y abrazar la vida”.


“Es un regalo estar viva y disfrutar todos los días de amigos, familiares y vecinos. Todos los días hay que poner un poco más para seguir adelante”, finalizó.
 

 

 

 

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