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09-03-2025

Nunca hay reposo para los guerreros

Como siempre, los bomberos voluntarios volvieron a estar a disposición de las necesidades de la comunidad olavarriense en esta crisis climática. Cinco héroes anónimos, cinco historias.


Héroes anónimos siempre, los bomberos volvieron a estar para responder a las demandas de los olavarrienses en esta nueva crisis climática que arrancó en las primeras horas de aquel 24 de febrero y se fue diluyendo con las últimas horas del viernes.


Unos más experimentados, otros novatos en estas cuestiones, la calma del sábado dio espacio para repasar estos días que las llamadas aparecían en cualquier momento para salir a socorrer en los barrios, en el campo, para atender las reacciones del Tapalqué y otras cuestiones.


Lautaro Torres es de los más jóvenes y es una de las primeras crisis climáticas que pone el cuerpo arriba de la autobomba. “Siempre me gustó ver la organización, cómo se gestiona todo desde acá adentro, listos para salir” confesó.


El viernes le tocó uno de los lugares más mirados por las autoridades, por vecinos que lo tomaron casi como la “Vuelta al perro” de la Vicente López algunas décadas atrás y por otros autodefinidos como parte de la “generación del miedo”, que vivieron las inundaciones del 80 y del 85.


“Yo estuve todo el viernes en el puente de la Hornos, para sacar la obstrucción de ramas y poder permitir el buen flujo del arroyo. Estuvimos trabajando unas horas ahí con los muchachos, contamos con la ayuda de la Maderera Messineo, que nos pudo colaborar con un zampi para agilizar la labor. Me gusta ayudar y que no haya pasado mayores estuvo muy bueno” celebró.


Su anterior experiencia fue la del 12 y 13 de diciembre de 2023. “Esa fue más dura. Por suerte esta no pasó a mayor” agregó.


A su lado lo escuchaba con atención Marcelo Menchaca, que tuvo su bautismo nada menos que en la gran inundación de noviembre de 1985. Son 43 años dentro Bomberos Voluntarios de Olavarría, hoy como segundo jefe del Cuerpo.


“Me tocó la parte operativa, porque el jefe estaba en el Comité de Crisis. Teníamos la coordinación directa, ellos nos pedían algunos lugares para recorrer y trabajábamos en conjunto. Gracias a Dios tenemos alguna experiencia, que no es lo que nos gustaría tener, y trabajamos muy bien. No puedo hablar de hidráulica porque eso no lo sé; uno tiene la experiencia más o menos de cómo se va comportando el agua” rescató.


“Hicimos la peinada, tuvimos mucho personal. Un total de 70 y pico personas acá adentro, todo el destacamento con 15 personas. Hicimos algunos rescates, pero lo importante es que teníamos mucha gente, estábamos bien preparados, muy buena coordinación, sabíamos los puntos clave que ya habíamos hablado con el jefe de Defensa Civil, como atrás del Barrio Isaura, calle Aguilar, Amparo Castro, donde sacamos varias personas” precisó Menchaca.


“Gracias a Dios trabajamos bien, con personal y lo que hay que resaltar es que los chicos voluntarios dejaron su familia y estuvieron todos en el Cuartel, con guardias hasta la madrugada con mucha cantidad de personas” puso de relieve el segundo jefe del Cuartel.


En la mitad de ambos extremos generacionales, Gastón Vizzolini contó que su última intervención fue con el final de la tormenta.


“Hicimos unos recorridos más que nada en forma preventiva. No tuvimos, gracias a Dios, tanta salida, pero sí el Cuartel dispuso de cuatro unidades para que salgan a recorrer la Ciudad, controlar el tema del arroyo, cómo venían fluyendo los canales e ir controlando todos los barrios afectados por si algún vecino necesitaba ayuda” repasó.


Los días previos fueron más traumáticos: “Debimos evacuar algunas personas junto con la gente de Defensa Civil, pero todo controlable”.


“La gente nos ayudó mucho, siempre mostró la mejor predisposición, siempre estuvieron muy colaborativos con nosotros. Anoche mismo (por el viernes) en los recorridos la gente se acercaba a hablar, para ver cómo veíamos la situación y nosotros les preguntábamos si necesitaban algo” sumó.


Cristian Posadas atravesó por una experiencia fuerte el último día de la tormenta: “El viernes estuve abocado al rescate de un matrimonio de personas mayores en el campo, con un acceso muy difícil. Se nos complicaba con el camión grande de los ‘forestales’ y nos llevaba el agua”.


“Pudimos llegar, rescatarlos y después se los alcanzamos a la hija, que nos estaba esperando en la Virgen de la Loma” cerró el relato. Pero no su labor, que se extendió con una guardia especial hasta la madrugada de ayer.


El restante relato fue de Marcelo López, reticente al principio delante del grabador. En sus 21 años en el Cuerpo transitó por varios episodios de este tipo de rebeldías climáticas, vientos, inundaciones...


“El viernes tuvimos unos cuantos rescates. Afortunadamente nos llevamos todos bien, somos muy compañeros”, ponderó.


Compartió con Cristian la recorrida en la zona rural. “El agua llegaba a un metro. Había pasado en Ciudad, pero a la altura del puente del Paso López estaba bravo. Supuestamente estábamos esperando el agua de La Madrid y nos iba a complicar más las cosas. Por suerte no llegó nunca” reconoció.


Punto final es otra cosa. “Nosotros siempre estamos alertas por cualquier otra cosa, que es como nos manejamos durante el año y tenemos una coordinación con Adrián (Guevara). Ocho y pico de la noche del viernes hablé con él por última vez y me dio la tranquilidad de que lo más grande estaba pasando”.
 

“Así que la última recorrida hicimos a las 2 de la mañana en algunos sectores del arroyo donde tenemos unas marcas, entre comillas. Si bien no sabemos de hidráulica, vamos a trabajar con las compuertas, sabemos cuando el agua llega a tal escalón, vimos que habían bajado, ya se veía el caño que pasa por abajo del puente de la avenida Colón, lo cual nos daba la pauta de que el arroyo estaba fluyendo bien” reportó.


“Olavarría es muy grande, seguramente hay mucha agua aún en los campos, que es lo que podría complicar que alguna persona del campo no pueda salir” completó Marcelo López.


Por si el título de esta nota genera alguna duda, la última frase fue del subjefe Marcelo Menchaca: “Ahora a limpiar el Cuartel y acomodar las cosas para seguir siempre preparados”.

 

 

 

 

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