12-03-2025
La política hidráulica como un eje de gobierno y la premisa de cuidar a la Ciudad ante las crecidas inusuales. La mirada de Margarita Arregui luego de los días de zozobra vividos la semana pasada.
Las precipitaciones de los últimos días en la región y la crecida del Arroyo Tapalqué mantuvieron en vilo a los olavarrienses durante varios días.
Los recuerdos de las inundaciones de los años ‘80, la memoria de “perderlo todo” y la fuerza impetuosa del agua fueron la materia de las conversaciones.
El gesto de levantar los muebles, de mudarse, de proteger las zonas más bajas, de poner bolsas de arena y mirar el cauce que parecía engordar minuto a minuto.
Ya el sábado pasado por la mañana se pudo, en parte, dejar atrás la preocupación y no fueron pocos vecinos los que recordaron que en gran medida, Olavarría no ha vuelto a sufrir otra inundación gracias a las obras de canalización del arroyo que se hicieron durante el primer gobierno de Helios Eseverri, que se inició en diciembre de 1983.
En 1985 se creó la Secretaría de Hidráulica de la Municipalidad de Olavarría y se diseñó y ejecutó el Plan de Ordenamiento Hídrico Regional. En la introducción de este documento, se puntualiza: “De lo que estamos convencidos es que no cabe ninguna duda sobre la innegable presencia de un gran riesgo, con plazos de recurrencia errátiles”. El estudio, control y seguimiento del comportamiento del arroyo aparece como un aspecto no desdeñable en el ejercicio de la gestión municipal.
Para poder poner en contexto lo que fue esa decisión de canalizar y encauzar lo que a todas luces aparecía como un riesgo latente, Verte conversó con Margarita Arregui, quien fue Secretaria de Obras Públicas en parte de las intendencias de Helios Eseverri y luego Secretaria de Infraestructura y Jefa de Gabinete en la gestiones de José Eseverri.
“La decisión de Helios Eseverri en su momento, cuando asumió en 1983, era trabajar sobre el arroyo, pero había un inconveniente: las tierras donde ahora es el Parque Eseverri, en la zona norte de la Ciudad”, explicó.
“Ahí lo que se hizo fue una normativa mediante la cual se dispuso que no se podía construir a 300 metros de cada lado del arroyo. Eso evitaría, en primer lugar, que las casas se inundaran y en segundo lugar, permitiría realizar obras en el cauce del arroyo”.
“En ese momento, y es una historia que yo a veces le cuento a mis hijas porque son cosas que tienen que quedar, los dueños de esas tierras fueron a hablar muy enojados con Eseverri porque estaban vendidas para construir más de 80 viviendas. Es decir, si no estaba esa norma, se hubiera armado ahí un cuello de botella. Entonces lo que les ofreció Helios en su momento es que la Municipalidad le compraba las tierras”.
Las obras claves
Arregui contó entonces que le vendieron las tierras a la Municipalidad y a partir de ahí se comenzó a trabajar sobre el arroyo con esta idea: hacer que el agua saliera lo más rápido posible de la Ciudad.
Quedó reflejada en dos ordenanzas del año 1984 la compra de tierras en el sector que hoy se conoce como parque Helios Eseverri. Luego, en 1985, cosa que también consta en las ordenanzas de ese año, se siguieron comprando tierras en ese sector y también se adquirieron las de la otra margen, en el hoy parque Cerrito.
“Esto permitió hacer esa explanada tan importante y fue la rotura de la crecida de noviembre del 85, y fue la decisión política de Helios de cortar el puente de la 226 para que el agua escurriera rápidamente, permitiendo que bajara el agua. A partir de ahí se comenzaron a realizar las obras”.
En noviembre de 1985 se creó la Secretaría de Hidráulica cuya función era el estudio de la cuenca del arroyo Tapalqué y las cuencas que afectan al partido de Olavarría, la regulación del arroyo y los afluentes. Se estudiaron también la construcción de los canales derivadores o aliviadores y se trabajó en la coordinación con gobierno nacional y provincial para la evacuación del arroyo Tapalqué dentro de la cuenca del Salado y la readaptación de la red de desagües pluviales en la ciudad.
La histórica funcionaria del eseverrismo explicó que también fue muy importante la ampliación del diámetro de los desagües, que eran de 60 centímetros y pasaron a ser de 80.
“A partir de ahí la política hidráulica fue como una política de Estado”, explicó. Agregó que luego que cuando Vialidad Nacional reconstruyó el puente sobre la ruta nacional 226 se hicieron dos luces más, es decir, se amplió la capacidad de escurrimiento de las aguas.
“Luego se realizó una rectificación del arroyo Tapalqué en lo que es la cuenca de la planta urbana y la cuenca baja. Hay un ingreso de lo que se llama el Arroyo El Perdido que es el inicio del Arroyo Tapalqué que viene el agua de Santa Luisa que se mide en Querandíes y después tenemos toda la cuenca de lo que viene de las Sierras de “Las dos Hermanas” y de Blanca Chica y todo eso confluía en el Arroyo Tapalqué. Se trabajó con la premisa de que el agua saliera lo más rápido posible de la planta urbana para no tener inconvenientes con los vecinos de la Ciudad”.
“Se estudió cómo era la cuenca alta y se ensanchó en la parte urbana, además, se sacaron muchísimos árboles que tenía el mismo cauce del arroyo en las barrancas porque los árboles hacen de dique. De esa manera, esa limpieza fue rectificando el arroyo desde la zona del Club Estudiantes hasta la Ruta Nacional 226 y de allí a la calle 154”.
Arregui aclaró que fue muy importante realizar esas obras pero no hay que descuidar el mantenimiento. “Luego de la crecida baja el agua y hay sedimentación de tierra. Entonces se vuelve a achicar el cauce del arroyo, por eso el trabajo es permanente".
Detalló que desde 2007 al 2015, ya en la gestión de José Eseverri, se colocaron gaviones en la zona de las barrancas, lo que permitió una construcción de la margen del arroyo Tapalqué y se realizó la limpieza y mantenimiento de los canales de protección.
También destacó la construcción del canal de la calle 157, que corre paralelo al canal de Circunvalación, detrás de la Escuela Agraria, para ubicar la zona. “¿Qué hace eso? Que no desborde el canal de la circunvalación, es decir, el agua que viene de toda la zona de la sierra de Loma Negra y demás, toda esa agua va a confluir primero en el canal de la 157 y después recién va a lo que sería el canal de la Circunvalación. Entonces eso hace también que no se inunden los barrios aledaños”.
Consultada sobre la protección para inundaciones de localidades como Hinojo o Sierra Chica, Arregui explica que se trata de otra cuenca. Recuerda que en noviembre de 1998 se registró una gran crecida que inundó la localidad Recalde y fue ocasionada por el desborde del Arroyo Brandsen. “Ahí se hizo un canal muy importante que hace de protección a Recalde. En Hinojo teníamos un problema similar, por el agua que bajaba de Sierras Bayas, y lo que se hizo fue un canal de protección en la calle 19 que protege la localidad de Hinojo y de Colonia Hinojo.
Otro aspecto que destacó Arregui fue la colocación de una estación meteorológica en toda la cuenca alta del arroyo Tapalqué, “lo que permitía medir los milimetrajes y crecidas y tener el control de la cuenca del arroyo Tapalqué. Eso no está activo ahora”.
“Además, siempre se habló de hacer una contención aguas arriba. Recuerdo que se hizo un convenio con la Universidad Nacional de La Plata y se elaboró un proyecto para hacer que el agua llegue lo más lentamente posible. Hacer retenciones de agua en distintos puntos del trayecto del arroyo permite regular el caudal y evitar que el agua llegue rápido a la zona urbana”.
Arregui siguió: “Me parece que son cosas en las que no hay banderías políticas. Se trata de la defensa de Olavarría contra las inundaciones. Yo siempre planteé que Olavarría no se quiere volver a inundar y tiene que ser una política de Estado, tanto como la manejó Helios en su momento y José después. Pero me parece que es una cosa que tenemos que ver y plantearnos nosotros como ciudadanos”.
“Hubo distintas crecidas desde el 85 a esta parte, por supuesto con preocupación de los vecinos. Las generaciones jóvenes también deben escuchar las historias de esas inundaciones vividas y saber que a pesar de grandes lluvias y crecidas, Olavarría ha estado defendida contra las inundaciones”, graficó.
Ante la pregunta de si hubo consenso entre las fuerzas políticas para avanzar en la concreción de estas obras, Margarita Arregui respondió: “Me parece que para eso siempre hay consenso. Siempre tiene que haber presupuesto para Hidráulica, tiene que haber una cartera o dirección o secretaría o subsecretaría de hidráulica que coordine con profesionales”.
Sobre las noticias recientes, que hablan de una posible venta de lotes en las inmediaciones del arroyo San Jacinto y la advertencia del Municipio respecto a la prohibición vigente de construcción en la zona aledaña, Arregui señaló: “En realidad no se puede construir, igualmente hay que saber que la Municipalidad tiene la facultad de ladrillo que se ponga, ladrillo que se pueda sacar, y a su vez me parece que una política de haber comprado las tierras como hizo Eseverri en su momento, también se puede hacer tranquilamente en esa zona. Son decisiones políticas que hay que ir analizando.