16-03-2025
Roque Pérez es tendencia en cualquier escapada hacia el turismo rural. Los almacenes, devenidos en comedores y restaurantes, atraen a viajeros de todo el país.
Punto de encuentro, sitio donde descansar el caballo y tomarse un trago, lugar donde aprovisionarse e intercambiar productos, los almacenes y pulperías son una parte fundamental de la historia.
Hasta allí llegaban gauchos y viajeros que recorrían los solitarios y extensos caminos provinciales para hacer un alto en el camino, informarse de las últimas noticias, comer, comprar productos necesarios para su cotidianeidad, buscar sus correspondencias.
Una historia muy nuestra, con más de 100 años, que hoy es tendencia en cualquier escapada hacia el turismo rural, donde uno busca relajarse con un horizonte abierto y verde, comer rico en estos almacenes devenidos en comedores y restaurantes y dormir escuchando el canto de los pájaros y las ranas.
Roque Pérez, en sus pueblos rurales y parajes, ofrece la mayor concentración de almacenes abiertos y funcionando de toda la Provincia de Buenos Aires y la Argentina. Cada uno con su impronta, sus comidas regionales, su atención personalizada, deleitan al viajero con sus grandes fotografías, sus recuerdos, sus objetos viejos.
En cada visita uno se asombra con la reacción de los más jóvenes frente a la visión de un sifón, una calculadora antigua, alguna prensa de quesos. Ese encuentro con el pasado es parte de una de las experiencias más ricas de las escapadas al interior bonaerense, un territorio vasto donde lo nuestro permanece casi intacto y sólo es cuestión de salir a descubrirlo.
Esta ciudad ubicada a unos 240 kilómetros de Olavarría y apenas 130 kilómetros de la Capital Federal, se encuentra en el corazón de la pampa bonaerense, sobre la Ruta Nacional 205, la misma que llega a Ezeiza/Cañuelas.
Almacén Don Lalo
El Almacén de campo Don Lalo, atendido por sus dueños desde hace más de 50 años, es el primer atractivo que encontrarán en este circuito, ya que está ubicado justo en la bajada de la ruta 205, por donde deben continuar para realizar el recorrido.
Actualmente, las hijas de Lalo son las encargadas de llevar el negocio. Se puede encontrar allí productos regionales: fiambres de todo tipo, bondiola, salamines, queso, miel, huevos de campo, pastelitos, conservas realizadas por productores de la zona, vinos, pan casero, entre otras delicias. La familia cuenta con una huerta donde cosecha verduras orgánicas, alimentos de excelente calidad. Además, suelen servir desayunos salados y picadas para grupos.
Almacén La Unión
Es una casona de más de 100 años de antigüedad, los memoriosos del lugar cuentan que hace unos 40 años una fuerte tormenta derribó las centenarias araucarias de su terreno, cayendo sobre la casona y destruyendo por completo el lugar. En ese estado de abandono permaneció durante mucho tiempo, y hace tan solo 10 años fue comprada por la familia Amica, que restauró por completo esta hermosa casona del Paraje La Paz Grande. En la actualidad ha sido utilizada como salón de eventos, shows y peñas folclóricas.
Almacén La Paz Ramos Generales
Es un tesoro escondido en medio del campo. Este antiguo almacén de ramos generales, fundado en 1859, es un encantador edificio de adobe y techo de paja que transporta a tiempos pasados. Al cruzar sus puertas, envuelve a los visitantes en una atmósfera cálida y nostálgica, donde los muebles originales y los objetos cotidianos cuentan historias de encuentros y risas entre los vecinos. Hace poco los herederos de este tesoro reabrieron sus puertas y ofrecen picadas y sandwich al paso los fines de semana.
La Estafeta
La antigua estafeta postal es una casona antigua e imponente que supo ser la instalación de servicios postales y telegráficos. Actualmente este lugar funciona como restaurante, ofreciendo servicio de comidas los fines de semana.
La instalación de los servicios postal y telegráfico en la localidad de Roque Pérez se habría llevado a cabo por decreto del Poder Ejecutivo nacional el 21 de noviembre de 1884, creándose entonces esta antigua estafeta de Roque Pérez. El edificio fue construido por Don Pedro Coltrinari en el año 1891, allí habitaron el matrimonio de Argisto Coltrinari y Amelia Bianchi de Coltrinari.
Almacén La Paz Chica
El almacén comenzó a funcionar en el edificio vecino en el año 1983, y en el 1984 se mudaron al actual local, al que le fueron haciendo reformas. Actualmente funciona tanto como un almacén para los vecinos del paraje y como restaurante, ofreciendo almuerzo para quien lo visite.
Almacén San Francisco
El Almacén San Francisco que parece detenido en el tiempo, ha sido parte de la historia de la familia Ruzzi desde 1936. Los Ruzzi, inmigrantes italianos que llegaron en busca de nuevas oportunidades, levantaron el almacén con esfuerzo y dedicación.
Actualmente, lo abren sus dueños solo para visitas guiadas. El almacén llegó a tener entre otras cosas surtidor de nafta, cancha de fútbol y bochas, y hasta peluquería. También se realizaban bailes y tenía un terreno donde se asentaban los circos que en aquellos años recorrían el lugar.
Almacén Gramiyal
El Gramiyal nació como despacho de bebidas y luego incorporó un pequeño almacén de ramos generales. Posteriormente anexó el club que llevó su mismo nombre, el cual fue organizador de un sinfín de actividades recreativas y sociales que congregaban toda la atención de los lugareños principalmente en la década de los sesenta.
Hoy sigue destacándose con el despacho de bebidas, los platos y grandes remates. A pocos pasos del Almacén, se encuentra el Santuario del Gauchito Gil, que es visitado durante todo el año por sus devotos.
En la localidad Carlos Beguerie
Almacén HyA La Perla: su origen comienza con la llegada del Ferrocarril Provincial de Buenos Aires en el año 1912. Carlos Beguerie era un empalme ferroviario y un centro comercial muy importante para la zona por donde transitaba esta línea.
En este almacén se acopiaba parte de la producción, fue almacén de ramos generales y, además, despachaban combustible. Hoy en día funciona como restaurante de campo, a cargo de Alicia y Héctor Parodi, abriendo todos los días del año.
Su maravillosa construcción que nos transporta en el tiempo, las exquisitas carnes al asador y su comida casera, se convierten en una excelente combinación para disfrutar de su estadía.
Almacén La Esperanza: un antiguo almacén de campo, que reabrió sus puertas hace cuatro años de la mano de una joven emprendedora local en conjunto a su padre y su tío ofrece una gran propuesta gastronómica.
Estancia San Antonio: su dueño, Alejandro Lanz, siempre quiso tener su propia pulpería, al ver tantos puesteros cerca de su campo decidió abrirlo como un lugar, no solo de encuentro para beber sino para que los mismo puedan abastecerse de algunos productos básicos y regionales. La estancia tiene su nombre en honor a su abuelo y su padre.