Día del carpintero: el arte de transformar la madera

Es uno de los oficios más antiguos del mundo y su celebración tiene un origen religioso. Cómo cambió la profesión con el tiempo y cuál es la actualidad del sector maderero

La carpintería es uno de los oficios más antiguos del mundo, contando con registros desde hace más de siete mil años en Alemania y evidencias del uso de este recurso natural desde hace casi 500 mil años a orillas de un río en Zambia.

Desde ese momento el ser humano ha utilizado la madera para generar refugios, herramientas, utensilios y otros elementos necesarios para la subsistencia.

El origen de su celebración, que se festeja todos los 19 de marzo, se remonta a José de Arimatea, padre de Jesús de Nazareth, quien según las sagradas escrituras era carpintero. En esta misma fecha la Iglesia Católica celebra el Día de San José, símbolo de la carpintería y la artesanía, además es catalogado como el custodio de la Sagrada Familia y el patrón de los obreros.

En concordancia con el festejo católico, la fecha fue elegida internacionalmente para homenajear a los carpinteros por su dedicación, destreza y esfuerzo en uno de los oficios más antiguos de los que se tenga registro.

La actualidad marca un panorama distinto a la profesión y con el apartado artesanal de la vieja escuela un tanto extinto, el oficio ha sufrido mutaciones por la aparición de nuevas técnicas y materiales para trabajar.

El taller del carpintero continúa siendo como todo el mundo se lo imagina, con una gran mesa de trabajo, herramientas eléctricas y manuales para trabajar la materia prima, barniz y por supuesto, mucha madera.

Si bien la profesión sufrió cambios, las carpinterías continúan siendo un pilar fundamental a la hora de construir casas, muebles y otras estructuras, decorar habitaciones y la fabricación de otros elementos como pallets y cajones, piezas necesarias para muchas cadenas productivas.

En lo cotidiano, lo que refiere a la construcción de muebles para el hogar u otros pequeños objetos como estanterías, repisas y barras, los profesionales indican que hoy en día el comportamiento de los clientes ha cambiado y que desde la popularización de la melamina muchos compran los materiales a medida y los arman en sus hogares por sus propios medios.

Algunos protagonistas del sector han indicado que esta práctica se acrecentó con la pandemia, cuando una gran cantidad de personas volcó su tiempo libre a la remodelación del hogar y encontraron en la carpintería un escape al encierro.

Por esto, sostienen que el oficio no se encuentra en extinción como muchos creen, sino que se ha reinventado a las necesidades actuales de los clientes y el mercado, y que aún quedan muchos carpinteros clásicos que trabajan las maderas con sus manos y las transforman en verdaderas obras de arte.

Asimismo, desde la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima) informaron que la situación de la industria de la transformación mecánica de la madera “es preocupante”.

La actividad resulta fundamental en muchas economías regionales y pequeños pueblos que subsisten a través de la actividad maderera y la transformación de la materia prima en productos terminados.

Los datos remiten a un relevamiento del primer semestre del año 2024, el último realizado, y manifiestan que “la reducción en la actividad es notable en áreas como los aserraderos, la fabricación de muebles, la industria de tables y la construcción con madera y carpintería”.

Según los datos publicados, “la primera transformación ha experimentado una disminución interanual del 20%, con pequeños y medianos aserraderos reportando caídas de hasta el 40%. En el sector de muebles, la producción ha caído un 37% interanual, afectando gravemente a las Pymes”.

A su vez, el incremento de los costos productivos alcanzó un aumento promedio de 500% en insumos y servicios, lo que dificulta la sostenibilidad de las empresas y comercios “en un sector que emplea a más de 60.000 personas de forma directa y un número similar de manera indirecta”.