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08-04-2025

FABI: el fútbol y el horror al mismo tiempo

A mediados de los años ‘70 Branko Zuljevic, el hombre fuerte de la empresa, por un lado era el mecenas de Atlético Hinojo y por otro mandaba a detener trabajadores durante la última dictadura.

 


Allí en una esquina, antes de llegar a las vías del Ferrocarril Roca como quien va desde Olavarría hacia Hinojo, FABI (Fábrica Argentina de Bolsas Industriales) fue testigo de la vida de Hinojo en las últimas seis décadas, cuando llegó como parte de la empresa nacional Celulosa Argentina y con otro nombre cuando pasó a manos de capitales chilenos en la ola privatizadora y extranjerizadora de la economía argentina de la década del ‘90.

 

Dos administradores de origen balcánico fueron los encargados de manejar el timón de la planta en aquellos años: Branko Zuljevic y Nikola Ikasovic, en especial el primero de ellos, muy vinculado además con el deporte del pueblo.


Zuljevic llegó a Hinojo con la fábrica, a comienzos de la década del ‘60. Fue primero armador de máquinas y al poco tiempo se convirtió en su hombre fuerte. “Era amado y odiado en el pueblo” contó este martes una fuente a la que tuvo acceso este medio.

 

Fanático del fútbol, Zuljevic se constituyó durante las décadas del ‘70 y ’80 en mecenas de los grandes equipos de Atlético Hinojo, contratando enormes jugadores del conurbano bonaerense y reconocidos entrenadores del ascenso metropolitano.

 

Ningún equipo albiverde podrá superar su lugar privilegiado en la memoria del fútbol olavarriense (ni siquiera el primer campeón) como aquel que perdió las finales de 1976 con Sierra Chica.

 

Tenía en su plantel auténticos artistas de la pelota, como Mariselli y Lancioni, un gran defensor (Malbrich), laburantes de la mitad de la cancha como el “Foco” Wagner o César Arbío, el experimentado Julio Casanella en la defensa, el “Flaco" Gorostieta en el arco; Cacho Zalazar y Albornoz en el ataque.

 

Los de afuera “bancados” por Zuljevic, los del pueblo jugaban por amor a la camiseta.

 

Ese Hinojo disputó entre el 28 de noviembre de 1976 y el 2 de enero de 1977 ante Sierra Chica las cinco finales más recordadas en la historia del fútbol de Olavarría, por un torneo Mayor que se terminó adjudicando el equipo de la franja azul.

 

Pero… Zuljevic, además de su impronta empresarial y futbolística, dejó una triste marca en su paso por FABI y por Hinojo.

 

Su nombre apareció involucrado en el segundo tramo de la causa denominada “Monte Peloni”, que llevó adelante el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata y investigó el circuito de la represión ilegal que operó en la Subzona Militar 12 que operó durante en última dictadura militar en los distritos de Olavarría, Tandil, Las Flores y Azul.

 

“En esa época era el dueño de Hinojo. Mandaba más que el comisario y hasta mandaba más que Verdura cuando estuvo de jefe del Regimiento” contó un ex empleado de la fábrica, presente cuando los militares ingresaron a los talleres y se llevaron a varios compañeros.

 

“A todos ellos los había apuntado Zuljevic, aunque su intención creo que no fue hacerlos desaparecer, sino darles un susto. Eso sí, nunca más pudieron recuperar sus puestos de trabajo” añadió.

 

Uno de esos trabajadores, Gabino Diorio, brindó declaración testimonial en el juicio a través de una video - conferencia desde la Facultad de Ingeniería (UNICEN) de Olavarría.
Relató que ingresó a trabajar a FABI en 1974 y que siempre habían existido atropellos contra los trabajadores, principalmente porque no tenían un sindicato que los representara.

 

Contó que se habían producido varios despidos, lo cual motivó medidas de protesta que permitieron su reincorporación primero y reorganizarse sindicalmente después, cuestión que no cayó nada bien a Zuljevic.

 

Diorio relató que el 12 de mayo de 1976 los militares detuvieron a varios trabajadores, incluido a él. “A las 16 se llevaron cuatro o cinco trabajadores y a las 20 me llevaron a mí. Me pusieron esposas, me encapucharon y me trasladaron a la Comisaría de Olavarría” detalló, donde padeció humillaciones y agresiones verbales.


Posteriormente lo trasladaron encapuchado a la Comisaría de Sierra Chica, al día siguiente lo regresaron a Olavarría para quedar recluido en la Unidad Nº 7 de Azul, donde estuvo hasta el 7 de septiembre.

 

Diorio mencionó a Branko Zuljevic, quien era el director de la fábrica, como uno de los responsables de las detenciones. En muchos de los testimonios que se escucharon en torno del caso FABI, Zuljevic fue señalado quien indicaba a las fuerzas de seguridad a qué trabajadores debían llevarse.

 

El testigo contó que, al obtener su libertad, regresó a la fábrica buscando una indemnización. Ante la pregunta de Zuljevic sobre dónde había estado, Diorio le respondió: “Estuve donde usted me mandó, jefe”.

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