13-04-2025
Javier Albornoz y Liley Amodeo encabezaron el equipo del Instituto Cultural de la Provincia que pintó los murales de Maradona en el futuro Centro Polideportivo y Recreativo del barrio Matadero.
Ante la belleza y la magnitud de la obra la pregunta se escuchó varias veces en los últimos días: “Quién pintó los murales de Maradona en el complejo deportivo del ex Matadero Municipal”.
Antes que todas las respuestas lo que corresponde en primer lugar es una aclaración: “quiénes” pintaron los murales de Diego en la obra que en pocas semanas ofrecerá una infraestructura deportiva y recreativa inexistente hasta ahora en uno de los barrios más postergados de la Ciudad.
Javier Albornoz y Liley Amodeo son graduados en muralismo y arte público monumental de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de La Plata y constituyeron la primera promoción en 30 años luego de que la carrera fuera cerrada por la última dictadura cívico - militar de la Argentina.
Ambos son coordinadores del programa de muralismo y arte público del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires y estuvieron al frente de un grupo de 11 personas que pintaron en las paredes del ex Matadero Municipal estas imágenes icónicas de uno de los dos futbolistas más grandes de la historia.
“Personas más, personas menos es el equipo estable que tenemos. A veces varía el número según el trabajo que haya que hacer, en este caso como era una pared grande llevamos un equipo grande a Olavarría” contó Javier.
“La demanda vino desde Olavarría para la puesta en valor de este espacio recuperado para fines deportivos y culturales, con la temática específica sobre Diego Maradona, sus logros deportivos y con un énfasis sobre sus orígenes humildes, desde la etapa de potrero hasta sus más grandes glorias” añadió.
Maradona es un personaje al que han tenido que plasmar en más de una ocasión. “Es muy requerido en murales por distintas cuestiones, no sólo por lo deportivo” dijo Liley.
“Sin dudas Diego es el mayor ídolo popular que tiene la Argentina y en una obra como esta, que va a llevar su nombre, para nosotros fue un honor poder representar no sólo sus logros deportivos, sino también lo que significó haber cambiado rotundamente su contexto y el de su familia. Nos parece un mensaje por demás atinado para las infancias y adolescencias que van a habitar ese polideportivo” resaltó.
“No sé si las infancias y adolescencias hoy se referencian tanto en Diego, por eso sin duda es elocuente volver a pintarlo y lo que representa: una persona que jamás olvidó sus orígenes, comprometida con las causas sociales” añadió.
“Las infancias contemporáneas tienen más empatía con la figura de Messi, pero rescatar a Diego es rescatar también una parte de la historia” valoró.
El trabajo de Javier, Liley y el equipo no se centra en figuras deportivas. Vienen de pintar un mural en homenaje a las víctimas de la masacre de Cromañón, cuestiones vinculadas con los derechos humanos, han llevado su arte a escuelas, hospitales y todo tipo de instituciones.
En cuanto a su técnica, Javier explicó que en Olavarría “fue un muralismo tradicional. Látex común para exteriores, a la antigua: a pincel, a rodillo; a veces a ojo, a veces con proyector. En este caso fue con proyector, porque queríamos que las caras queden bien fieles, porque a veces pasa que en muchos murales de Maradona las caras se ven un tanto dudosas”.
Liley acotó que “más allá de la fidelidad en la pared, que nosotros podemos realizar, la cuestión del proyector nos habilita a resolver un mural de semejantes dimensiones como el de este polideportivo en poco tiempo. Este mural lo resolvimos en 27 horas. Hay miles de técnicas en muralismo, esta permite instrumentalizar el tiempo con estos recursos”.
“Lo que nosotros hacemos está alejado de lo que es la pintura urbana, donde se utilizan recursos como el aerosol, que no lo rechazamos, pero no lo manejamos. Todavía, porque tenemos una idea de en algún momento incorporarlo” sumó Javier.
Sus ojos expertos hablaron también de las imágenes que dejaron plasmadas en las paredes del ex Matadero Municipal y ambos coincidieron en una.
“A mí me conmueve muchísimo el Diego adolescente en primer plano, de la famosa entrevista en el programa de Pipo Mancera, cuando le preguntan su sueño y él respondió que el primero era jugar un Mundial y el segundo salir campeón”. Lo dijo Liley, lo refrendó Javier.
“Nos resultó importante esa imagen, porque él planteó su sueño y después lo cumplió. Y quedó también ubicada en una posición que parece que lo está mirando a uno” observó Javier.
“La imagen que cierra el mural es un Diego venido en años, pero igual con un rostro feliz, con una sonrisa, con la camiseta puesta” agregó Liley.
En cuanto a la elección de las imágenes, hubo una charla previa con la gente del Municipio de Olavarría donde la bajada fue para representar sus más grandes logros deportivos y su origen humilde.
“Después fue nuestra elección y todos los símbolos, como los panaderos que representan esos sueños que proyectó y los laureles que invocan a la gloria, al logro consolidado. Ahí tuvimos bastante libertad para manejarnos” destacó Javier.
Las últimas palabras de ambos fueron para una frase acerca de la obra acabada.
“Fue un desafío, porque primero estaba asignada una pared y hubo que adaptarlo a otro formato. Tuvimos que tomar decisiones rápidamente, casi sobre la marcha. Eso le sumó una cuota de desafío que estuvo buenísima y quedamos muy conformes” confesó Javier.
Liley se expresó y reveló que “a mí siempre me resulta muy interesante la recepción de la comunidad y en todo el proceso, en todo momento que estuvimos pintando - desde la mañana muy temprano hasta las 12 de la noche- se fue acercando mucha gente y las devoluciones tienen que ver con lo que queremos rescatar y por qué hay un programa de arte público que trabaja con la comunidad y en el territorio”.
“Se acercaron las familias, los niños, fotógrafos, ciclistas y las devoluciones eran muy agradables. Que podamos hacer un mural hermoso para nosotros, híper resuelto, que parece una foto de lo bien que está realizado, pero si para la comunidad no es importante pierde sentido” reflexionó.
Vendrán más desafíos para las próximas semanas: tres murales en el Conurbano, otro en un Hospital en Ensenada, uno más de Maradona en un club de barrio, un homenaje a Osvaldo Bayer en Quilmes.
El equipo que encabezan Liley y Javier tiene agenda completa por los meses de abril y mayo para seguir llevando su arte a muros de pueblos y ciudades de la provincia de Buenos Aires.