14-04-2025
José Novo y Omar Cananiz revelaron el curioso comienzo de la campaña que en 1975 cortó con tres décadas sin títulos en el fútbol de Olavarría para Loma Negra.
Después de muchos años a la sombra de San Martín de Sierras Bayas, el gran equipo serrano en los tiempos románticos del fútbol olavarriense, Loma Negra se despertó en 1975 para hacerse sentir fuerte primero en lo local, luego a nivel regional y un lustro más tarde a nivel nacional e internacional.
José Novo y Omar Cananiz fueron fijos en ese equipo que ganó el torneo “Clasificación” de 1975 y la final anual a Ferro Carril Sud, aunque el año había comenzado sin grandes expectativas.
“Los dirigentes nos reunieron a todos en la pretemporada, nos dijeron que no iba a haber plata para nadie, que el que se quería quedar que se quedara y el que se quería ir que se vaya y que el único premio era de 10 días en Mar del Plata para todo el plantel si nos metíamos entre los cuatro primeros y clasificábamos para el Mayor” contó el Omar Cananiz.
“Agarramos viaje ¿Cuándo íbamos a ir a Mar del Plata todos juntos? No sólo nos clasificamos, sino que salimos campeones. Fue un año muy lindo, muy especial por el gran compañerismo que hubo”, resaltó el “Ruso”, con el murmullo ensordecedor de fondo de las voces del reencuentro.
“Es como dice Omar. Nosotros disfrutamos de ese compañerismo sin intención de ganar dinero, ni nada y se hizo un grupo espectacular. Entrenábamos al mediodía, hacíamos una preparación física que la mayoría de los equipos no hacían y después hasta terminamos concentrando antes de los partidos” acotó José.
“Cuando fuimos a Mar del Plata Huguito (Alves) dormía conmigo en la pieza. Tenía 15 años. Nosotros volvíamos a las 6 de la mañana del boliche y él estaba entrenando con la ventana abierta” sumó el “Ruso”, propietario de innumerables anécdotas.
“En el año 1977 hicieron la rifa de un FIAT y me lo saqué yo con el 722. El sábado anterior a la entrega ‘Titica’ López y 'Fito' Paniagua se fueron a bailar a 16 de Julio, lo volcaron en el medio del campo y lo hicieron pedazos. Después me llamó el presidente, que era el ingeniero Quatrocchio para decirme que no me lo iban a poder entregar. Y yo le respondí ‘no te hagas problemas, está todo bien’. Ese era el sentimiento que teníamos en aquella época” valoró.
El “Portugués” rememoró que, como decía el “Coco” Basile, “ese equipo salía de memoria: el ‘Oso’ Sánchez en el arco; Noak, Batata (Oviedo), el Chato (Cabrera) y Huguito Alves; Sáenz Valiente, yo y el ‘Osito’ Rodríguez; arriba Rivera, el ‘Flaco’ Silveyra y el Ruso”.
“Yo sabía que lo mío era morder en el medio y dársela al Osito, pero después aprendí también con la calidad de jugadores que había acá en Loma Negra” sumó.
Ambos coincidieron en que Ferro y Estudiantes fueron los grandes rivales de ese año y que los bataraces fueron los adversarios más importantes por la década siguiente.
El gran mérito de aquel equipo de 1975 fue haber cortado una sequía de títulos tan larga como la vigente, con un ingrediente especial el día de la coronación: la presencia de Alfredo Fortabat en la cancha y una foto inmortal dando el puntapié inicial en el círculo central.
“Esa tarde habló poco con nosotros, pero nos contó que siempre tenía muy presente al club. Mi padre trabajó acá y me decía que era un señor. Yo no lo conocía, la única vez que lo vi fue esa tarde” recordó el “Portugués”.
Inefable, el “Ruso” cerró con una anécdota de aquella tarde: “Voy a morir y me voy a seguir acordando, porque me subí a un caballo en el festejo con el ‘Polaco’ Mortl y había tanta gente dentro de la cancha que el animal se ha puesto nervioso corcoveó y me tiró al carajo. Vinieron todos pensando que me había matado”.