09-12-2019
La medida es pacífica y se replica en otras 11 cárceles bonaerenses. Los reclamos giran en torno a la comida, el hacinamiento y el pedido de libertad para los alojados con prisión preventiva.
Internos de varios penales dependientes del Servicio Penitenciario Bonaerense se encuentran en huelga de hambre con una batería de reclamos para el gobernador entrante, Axel Kicillof, que fueron pedidos recurrentes durante la gestión de la saliente mandataria María Eugenia Vidal: arrestos domiciliarios para procesados o condenados sin sentencia firme y mejores condiciones de alojamiento para terminar con el actual estado de hacinamiento carcelario.
Algunos pintaron banderas y las desplegaron en fotos que viralizaron por WhatsApp desde sus celulares clandestinos en los penales de Mercedes, Batán, Sierra Chica, las unidades del complejo de Florencio Varela. “Por nuestros derechos”, dijo un trapo, en letras de colores. En las unidades de mujeres, otras banderas fueron más elocuentes: “Basta de niños en la cárcel”, chicos nacidos dentro de penales, o presos junto a sus madres, reclamaron.
La huelga, dicen, será de hambre. Lanzarán la comida fuera de los pabellones. Será también pacífica, al menos según su programa. No están en pie de guerra contra los carceleros, o al menos eso dicen. “Vamos a tirar toda la comida afuera del pabellón”, dice un hombre que acumula varias causas por robo en una celda del conurbano: “Esperemos no pase nada, no es la idea”.
La manifestación puede ser masiva, la más grande de la historia reciente para los detenidos y detenidas de la provincia de Buenos Aires a días de la asunción del nuevo gobierno de Axel Kicillof: distintos pabellones de 12 cárceles se suman al reclamo de acuerdo a organismos de derechos humanos, con muestras de solidaridad de otros detenidos desde cárceles del sistema federal.
Con información de Infobae y Letra P.